domingo, 26 de enero de 2014

No hay agujeros negros

Stephen Hawking y los agujeros negros están indisolublemente ligados. No es que los descubriera él, ni mucho menos, pero sus investigaciones e importantes aportaciones sobre estos exóticos objetos predichos teóricamente y detectados (por sus efectos) en el universo se remontan a trabajos clave de hace más de cuatro décadas. Ahora afirma que no existen los agujeros negros, al menos como se entienden habitualmente. Esta semana ha presentado un artículo, una prepublicación que aún no ha pasado el proceso normal de revisión científica, pero que inmediatamente ha ganado notoriedad. Lo firma él solo, tiene cuatro páginas (una de presentación, dos de argumento y la última de referencias) y lleva un título extraño:Conservación de la información y predicción meteorológica para los agujeros negros. Los físicos presentan habitualmente sus artículos en la web arXiv, donde son públicos, antes de someterlos al proceso de evaluación de expertos obligado para su la publicación oficial.

Un agujero negro, en principio, es algo tan simple como un lugar de tan inmensa densidad de materia y energía que su gravedad curva el espacio-tiempo hasta tal punto que nada, ni siquiera la luz, puede escapar. Pero además, dadas sus condiciones extremas, es un banco de pruebas predilecto de los físicos teóricos para explorar sus conjeturas.

El punto crítico de los agujeros negros que Hawking ataca ahora es el denominado horizonte de sucesos, esa frontera a partir de la cual nada puede escapar de la atracción gravitatoria, ni la luz. “No hay salida de un agujero negro en la teoría clásica, pero la teoría cuántica permite que la energía y la información escapen de él”, ha explicado el propio Hawking a la revista Nature, que informa en su sección de noticias en Internet sobre este último artículo del célebre físico británico. Para explicar todo el proceso, sería necesario lograr por fin la plena integración en una única teoría de la gravedad con las otras tres fuerzas fundamentales de la naturaleza (es decir, la relatividad general que rige el universo macroscópico y la mecánica cuántica que rige el mundo subatómico), reconoce el científico, pero esa fusión se resiste a los físicos desde hace tiempo y, de momento, “el tratamiento correcto sigue siendo un misterio”, añade Hawking.

En su nuevo artículo propone que no hay un horizonte de sucesos en torno al agujero negro, sino un horizonte aparente, que “aprisiona la materia y energía solo temporalmente, antes de emitirla de nuevo, aunque en una forma caótica”, señala Zeeya Merali en Nature. La idea de Hawking es que los efectos cuánticos alrededor del agujero negro provocan fluctuaciones demasiado violentas para que pueda existir esa frontera definida.

El horizonte de sucesos, consecuencia directa de la teoría de la relatividad de Einstein, es la superficie alrededor del agujero negro que no puede superar nada que esté atrapado dentro del mismo, ni siquiera la luz, por lo que no puede salir información alguna del mismo. Según la teoría clásica, un famoso experimento teórico un astronauta que cayese en un agujero negro pasaría el horizonte de sucesos sin notar nada especial y, a partir de ahí, se estiraría primero como un espagueti (la enorme atracción gravitatoria es mayor en sus pies que en la cabeza) para acabar completamente aplastado en el infinitamente denso núcleo del agujero.

Pero hace un par de años, el físico Joseph Polchinski cambió este escenario proponiendo en su lugar un muro de fuego: según la teoría cuántica, el horizonte de sucesos es en realidad una región de altísima energía en que el astronauta resultaría achicharrado. Esto supone un desafío para la relatividad, recuerda Merali en Nature, ya que según la teoría de Einstein el horizonte de sucesos del agujero negro “debería pasar desapercibido” para el astronauta en caída. La alternativa que propone Hawking, que respeta tanto la relatividad como la teoría cuántica, es que los efectos cuánticos alrededor del agujero negro provocan la violenta fluctuación del espacio tiempo que impide la existencia de una frontera bien definida, descartando así el muro de fuego.

El horizonte aparente, que la luz no puede superar para emerger del agujero negro, continúa Merali, y el horizonte de sucesos serían idénticos en un agujero negro que no variase. Pero si el agujero negro va tragándose más material, el horizonte de sucesos crece y se hace más grande que el aparente. Además, con la famosa radiación Hawking propuesta hace cuatro décadas, el agujero negro puede encogerse y el horizonte de sucesos sería más pequeño que el aparente. Esta variación permitiría, en teoría, que la luz escape del agujero.

El físico británico sugiere que la frontera real es el horizonte aparente y “la ausencia de un horizonte de sucesos significa que no hay agujeros negros… en el sentido de regímenes en los que la luz no puede jamás escapar”, aunque no especifica cómo puede desaparecer ese horizonte de sucesos.

“La idea de un horizonte aparente no es completamente nueva”, señala Jacom Aron enNewscientist. Él y Roger Penrose, recuerda, ya utilizaron la relatividad general para demostrar que los dos horizontes eran idénticos. Ahora, “En este último artículo suyo [Hawking] está proponiendo que la mecánica cuántica puede revelar que son diferentes”. Pero esto no es lo más novedoso de su último trabajo, considera Aron, sino “el intento de utilizar estas ideas para resolver la paradoja del muro de fuego: al eliminar el horizonte de sucesos mata también ese muro de fuego”. Y esto significa que desaparece también la consecuencia obvia del mismo, es decir, que la información no puede emerger de ninguna manera del agüero negro porque el muro de fuego la destruye.

Así Hawking da una oportunidad de emerger a la información de la materia aprisionada en el agujero negro. Eso sí, con limitaciones: “la estructura de un agujero negro inmediatamente por debajo del horizonte es caótica, lo que dificulta la comprensión de la información que pudiera salir de él, en otras palabras, la información se pierde en el sentido de que sería casi imposible interpretarla, pero no está destruida”, señala Aron. Es como la predicción meteorológica –de ahí el título del artículo del físico británico- porque “no se puede predecir el tiempo más que con unos pocos días de anticipación”.

Don Page (experto en agujeros negros de la Universidad de Alberta, Canadá) apunta en Nature, que el caos de la información en el agujero negro es tal que intentar interpretarla tras emerger de él sería peor que intentar reconstruir un libro quemado a partir de sus cenizas.

El breve artículo de Hawking no incluye cálculos, recalca Aron “lo que hace difícil sacar conclusiones sólidas”. Se estudiará y se discutirá la nueva idea, incluso puede que el físico británico se enganche en alguna nueva apuesta con sus colegas, como ha hecho –y a veces, perdido- en el pasado acerca de cuestiones profundas de física teórica. Lo que está claro es que ni la gravísima incapacidad que padece ni sus 72 años recién cumplidos restan potencia a la mente de este gran científico.


Fuente | El País

domingo, 12 de enero de 2014

Aplicaciones para combatir el spam telefónico

El spam telefónico ha generado muchas quejas de consumidores en los últimos años. Se trata de una práctica que, pese a desde hace cuatro años una ley obliga a las empresas a identificarse cuando llaman y a registrar y acatar la negativa del consumidor a ser molestado, ha seguido creciendo y es que los datros del consumidor están cada vez más expuesto, muchas veces, por poca precaución del propio usuario al consentir el uso de sus datos para fines comerciales, por ejemplo, al realizar una compra por Internet.

Existen formas de intentar combatirlo. Por ejemplo, programas que trabajan como identificadores y filtradores de los mensajes que nos llegan al móvil. Su sistema de trabajo es acumular una gran base de datos de todo tipo de teléfonos en el mundo (una de las aplicaciones tiene fichados hasta 600 millones de números), a base de ir sumando usuarios que, como condición, revelan sus teléfonos y la identidad de sus contactos. El software usa esta información no solo para evitar falsos positivos en nuestro terminal (bloquear una llamada de alguien que no hace spam por confusión), sino también para identificar llamadas de estos números en los aparatos de otros clientes.

Por supuesto, en cumplimiento de la ley de datos, no puede revelar ni los teléfonos ni las identidades que acumula, pero puede estudiar su comportamiento y detectar si otros usuarios lo acusan de ser spam, por lo que puede llegar a bloquear las llamadas de un número si tiene indicios de que su comportamiento es sospechoso. De hecho, cuando las aplicaciones están activas, el usuario no recibe las llamadas de spam, sino que solo se le notifica que se ha bloqueado una llamada de un determinado número perteneciente a una identidad conocida o a una empresa.

Aplicaciónes contra el spam

Blacklist: es una aplicación gratuita y muy completa para Android que se caracteriza por elaborar listas negras de teléfonos que realizan actividades de spam. Permite filtrar y bloquear las llamadas molestas, evitar que suenen o notificar su existencia. También sirve para crear filtros con el fin de discriminar el nivel de importancia de las llamadas de nuestros contactos y decidir en qué momentos puede, o no, sonar el teléfono para una determinada llamada: si estamos en el trabajo, o ya en casa, o son más de las diez de la noche, etc. Por otro lado, Blacklist también permite configurar con palabras clave los filtros para mensajes SMS, de modo que, además de tener una lista negra de empresas, la aplicación es capaz de detectar la intencionalidad de los mensajes de spam de nuevas compañías.

Whoscall: funciona sobre todo en Asia y contiene 600 millones de números de teléfonos en su base de datos, de modo que es capaz de detectar casi cualquier llamada de origen desconocido que entre en el móvil. Permite bloquear tanto mensajes como llamadas. Por el momento no opera en Europa, pero su expansión en el Este es fuerte, y pronto podría entrar en nuestro país. Aunque tiene versión para iOS, donde mejor funciona es en los móviles con Android.

Truecaller: es una aplicación para iOS y Android que identifica las llamadas y los mensajes de texto entrantes y los compara tanto con la lista de nuestros contactos como con la lista negra de teléfonos que hacen spam. De esta forma puede bloquear las llamadas molestas. Además, podemos añadir a dicha lista negra los números que deseemos. Tiene una versión gratuita, algo complicada de usar, y otra premium que cuesta 2,69 euros al mes.

Phone Warrior: no está disponible para iOS pero sí para Android, BlackBerry y algunos teléfonos de Nokia. Hace las mismas funciones que las anteriores apps y se está expandiendo con fuerza por India, Estados Unidos e Indonesia.

Call Blocker y Calls Blacklist: son dos aplicaciones para Android que dejan monitorizar los contactos y las llamadas, de manera que podemos decidir cuáles no queremos que suenen o en qué horarios y situaciones debe saltar el contestador.

Call SMS Blocker: es una app gratuita enfocada, en exclusiva, a luchar contra el spam que nos llega en forma de SMS.


Fuente | 20 Minutos

jueves, 9 de enero de 2014

Las algas más grandes del mundo

Entre los ecosistemas más asombrosos y singulares que podemos encontrar en los océanos están sin duda los llamados bosques de kelp o de laminariales.


Los bosques de kelp son ecosistemas costeros formados principalmente por un gran número de algas pardas del orden de las Laminariales, aunque puede haber también otras especies de menor talla y número de algas rojas y verdes que forman el sotobosque.

Las especies de algas pardas que componen estos ecosistemas pueden medir desde unos pocos metros hasta alcanzar los 50 metros o más de largo, y muchas veces el límite lo pone la superficie del mar, donde pueden acumularse y formar enormes islas flotantes de algas marinas. Aunque son más comunes en profundidades de pocas decenas de metros, determinadas especies del kelp pueden crecer hasta los 200 metros de profundidad.

Necesitan por lo general de un fondo rocoso donde fijarse fuertemente para no ser arrastrados por las corrientes marinas, y el agua ideal para ellos no debe superar por lo general los 20 grados de temperatura, por lo que estos bosques se encuentran en sitios de clima subtropical y templado principalmente. La presencia de unas gruesas vesículas que almacenan gas permite a muchas especies mantenerse siempre erectas en la columna de agua.

Los bosques de kelp están entre los ecosistemas más productivos del planeta, equiparándose en cuanto a niveles de productividad primaria a los arrecifes coralinos, los humedales y las selvas tropicales. En condiciones óptimas de temperatura, luz y de nutrientes, algunas especies son capaces de crecer hasta medio metro por día. ¡Casi podríamos ver el crecimiento a simple vista!

Esta inmensa productividad juega un papel importantísimo en el ecosistema, ya que son una parte esencial de la cadena alimentaria al ser consumidas por algunas especies de invertebrados y peces. Por otro lado, sirven de guardería para los juveniles de muchísimas especies que encuentran en ellos un refugio casi ideal contra los depredadores y las condiciones meteorológicas adversas.


Estos ecosistemas brindan importantísimos servicios ambientales al constituir barreras naturales contra la fuerza de las olas y marejadas que erosionan la costa, ya que al atravesar estos bosques la fuerza con la que llegan se disipa significativamente. Por otro lado, contribuyen a la fijación del carbono atmosférico, por lo que son importantes junto con otros ecosistemas muy productivos, en la regulación del clima global.

Mediante sus rizoides, con los que se fijan al sustrato marino, contribuyen a la estabilización del mismo. También son productores de materia orgánica y energía en el ecosistema, además de contribuir al mantenimiento de la calidad del agua.

Las principales amenazas de estos ecosistemas acuáticos son las tormentas, fenómenos que en los últimos años han incrementado la violencia y la frecuencia de impacto en algunas zonas costeras con presencia de kelp. Por otro lado, otra grave amenaza es la proliferación de especies herbívoras que se alimentan de estas algas. Esta proliferación se produce debido al desequilibrio ecológico que provoca el hombre al sobrepescar las especies depredadoras de estos herbívoros, lo cual provoca un exceso de población de los mismos, que destruyen los bosques de laminariales.


Fuente | Ojocientífico

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