sábado, 14 de enero de 2017

El dragón marino rojo


El descubrimiento en el año 2015 de una nueva especie de dragón marino supuso una conmoción en el mundo de la biología. Hasta entonces solo se tenían identificadas dos especies de este pariente de los caballitos de mar y el nuevo espécimen - encontrado y recuperado sin vida durante unas capturas - presentaba un aspecto asombroso: carecía de las características extensiones con forma de hojas que le permiten camuflarse. Los investigadores reconstruyeron su esqueleto en 3D en busca de respuestas, pero había un gran misterio encima de la mesa: ¿la nueva especie carecía de apéndices en forma de hoja o simplemente se habían perdido en la captura?

Para responder a la pregunta los científicos del Instituto Oceanográfico Scripps solo tenían una salida: localizar y filmar un ejemplar en libertad. De modo que, en colaboración con el Western Australian Museum, organizaron una expedición a las aguas de Australia occidental donde había sido localizado el primer espécimen. Ahora, apenas un año y medio después, los investigadores presentan en sociedad la primera filmación de un dragón marino rojo (Phyllopteryx dewysea) en la naturaleza. A una profundidad de unos 50 metros, y durante casi media hora, las cámaras del vehículo autónomo empleado para la misión filmaron a dos dragones marinos nadando en las aguas del archipiélago de la Recherche y documentaron algunos aspectos desconocidos de su biología.

La primera información relevante que se aprecia en las grabaciones es que, efectivamente, los dragones marinos de esta especie no tienen apéndices en forma de hoja como sus primos, un rasgo que se consideraba distintivo de estos animales, pues sí parece en el dragón marino común (Phyllopteryx taeniolatus) y en el dragón de mar foliáceo (Phycodurus eques). "Fue un momento realmente asombroso", asegura Josefin Stiller, coautora del trabajo que se publica este viernes en la revista Marine Biodiversity Records. "Nunca se me habría ocurrido que un dragón marino pudiera carecer de apéndices, porque estaban caracterizados precisamente por estas bonitas hojas de camuflaje".

La segunda sorpresa para el equipo de investigadores vino al comprobar que los dragones rojos sí tienen una cola prensil, como los caballitos de mar y a diferencia de sus parientes más cercanos. Los científicos creen que esta característica puede servirles para aferrarse a plantas y objetos y no ser arrastrados en las agitadas aguas en las que viven. Otro descubrimiento fue encontrarlos viviendo en un ambiente de esponjas marinas en lugar de entre algas y bosques de kelp, a pesar de que este tipo de hábitat se consideraba improbable para este tipo de animales. En general, los autores creen que la coloración roja les ayuda a camuflarse en este entorno de aguas profundas y algo turbias y que los apéndices se perdieron durante la evolución para adaptarse a un entorno sin hojas. Lo que aún desconocen es si la cola prensil era un rasgo compartido por los antepasados de caballitos y dragones de mar o si apareció de forma independiente.



Fuente | Next

10 comentarios :

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