sábado, 21 de diciembre de 2013

Los sombrereros del siglo XIX se volvían locos

Entre los fabricantes de sombreros del siglo XIX era habitual un cuadro clínico que incluía dolores de cabeza, espasmos, temblores, alucinaciones, alteraciones de la personalidad e incluso psicosis. Se debía a que se envenenaban lentamente al inhalar el vapor de mercurio que empleaban para tratar la felpa y la piel que cubría los sombreros con el fin de que se mantuvieran derechos. Este veneno, una vez que entra en el organismo, se acumula en tejidos y órganos como los riñones, el hígado y el cerebro.

Esta "enfermedad profesional" inspiró a Lewis Carroll el personaje del Sombrerero Loco de su conocida obra Alicia en el País de las Maravillas.


Fuente | Muy Interesante

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