Las chucherías fascinan a mucha gente. Lo dulce es lo más. Los refrescos azucarados nos hacen dar saltitos de alegría. Pero solo que abusemos de ellos durante 6 semanas seguidas, entonces nos volveremos más estúpidos: nuestro cerebro trabaja más despacio y boicoteamos nuestra memoria y el aprendizaje (aquí debemos excluir la fructosa natural de las frutas, que no es dañina y, además, va acompañada de antioxidantes). Por el contrario, ingerir más cantidad de ácidos grasos omega-3 puede contrarrestar el efecto negativo de la “sobredosis” de azúcar.
Es lo que sugiere un estudio publicado en la última edición de la revista Journal of Physiology y llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California. Tal y como señala Fernando Gómez-Pinilla, profesor de neurocirugía y coautor del estudio:
Lo que comes afecta a cómo piensas. Si se compensa añadiendo ácidos grasos omega-3 (nueces, salmón, etc.) a las comidas el daño se puede minimizar.
Con todo, debemos tomarnos estos resultados con reserva, pues por el momento el experimento se ha realizado solo en ratas a las que suministraron azúcares, en un caso, o azúcares y omega-3, en otro, durante seis semanas.
Antes del estudio, todos los animales eran capaces de navegar por un laberinto, que contenía numerosos agujeros, pero sólo una salida. Los científicos situaron puntos de referencia visuales en el laberinto para ayudar a las ratas a aprender y recordar el camino. Seis semanas después, los investigadores probaron la habilidad de las ratas a recordar la ruta y escapar del laberinto.
El segundo grupo navegaba por el laberinto mucho más rápido que las ratas que no recibieron ácidos grasos omega-3; éstas eran más lentas y sus cerebros mostraron una disminución en la actividad sináptica.
Fuente | Xataka Ciencia
Me has matao! Yo debo ser supermegalerda!
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