Una de las primeras frases que aprendieron Washoe, un chimpancé al que se enseñó el lenguaje de signos, y Alex, un loro gris capaz de construir expresiones sencillas, fue “tú cosquillas a mí”.
Los primates y algunas aves no son los únicos animales con los que compartimos esta sensación. Un estudio del Centro de Neurociencias de la Universidad Bowling Green del estado de Ohio, en EE UU, reveló que las ratas de laboratorio literalmente chillan de placer cuando se les hace cosquillas y, como los humanos, las utilizan en sus juegos y para establecer vínculos sociales.
En el proceso liberan dopamina, un neurotransmisor que se relaciona con las emociones y los sentimientos de placer.
Fuente | Muy Interesante
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