Umberto Eco advirtió la necesidad de volver a trabajar sobre el texto de El nombre de la rosa para agilizar algunos pasajes y "refrescar el lenguaje", comunica en un escueto comunicado Bompiani, la editorial tradicional del escritor italiano (Alessandria, 1932), que publicó originalmente la novela en 1980 y cedió los derechos para traducirla en 47 idiomas (en España, Lumen).
Treinta años y treinta millones de ejemplares vendidos más tarde, la novela negra medieval que Le Monde puso entre los 100 libros más representativos del siglo XX, quiere desdibujar sus durezas, se hace "más accesible a los nuevos lectores", se adecua - a fin de cuentas - al siglo XXI.
La segunda versión de El nombre de la rosa llegará a las librerías italianas el próximo 5 de octubre, mantendrá el mismo título que aupó a la fama internacional a su autor y costará 16 euros.
El profesor Eco, que fundó la primera facultad de Ciencias de la Comunicación en Bolonia hace más de 20 años, pretende actualizar su novela para acercarla a las nuevas tecnologías y generaciones. El objetivo es que quienes solo conocen la obra por citas de Internet, asustados por su dificultad idiomática o por lo denso de algunos pasajes, puedan leerla también, así como los lectores digitales.
Todavía no se conocen los detalles de la reinvención del gran clásico de la literatura italiana y mundial. Lo único cierto, garantizan desde Bompiani, es que Eco no va a modificar la trama, el intrigo. Los lectores novelos van a encontrarse con los dos monjes, el franciscano Guillermo de Baskerville, agudo y brillante, suerte de Sherlock Holmes del siglo XIV, y su pupilo, el tímido y perspicaz Adso de Melk. Los dos investigan una serie de asesinatos en un monasterio benedictino, todos ellos relacionados con un libro prohibido.
A hacer más popular y accesible aquella novela, hilvanada a la sombra de una abadía rica en recodos y pasajes secretos, rechoncha concreción de enigmas y ecos de filosofía antigua, contribuyó de forma determinante la gran pantalla. La película que en 1986 el cineasta francés Jean-Jacques Annaud rodó con Sean Connery en el papel protagonista de Guillermo y Christian Slater como Adso es ágil y cautivadora. Sin embargo, a Eco no le bastó. Para que una comunidad de lectores cada vez más digitalizados y rápidos pueda saborear el misterio y el encanto de su primera novela, quiso cambiarla. Si no puedes educar al lector, simplifica tu novela.
Fuente | El País
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