Un gol salvador de Cesc Fábregas, de nuevo ante la Italia a la que eliminó hace cuatro años, rescató a España de la derrota en su estreno en la Eurocopa 2012 (1-1), ante un rival que supo frenar sus virtudes y provocó que se añorase la figura goleadora de David Villa, decisivo en grandes citas.
Arrancó el campeón con un guion que cumplió lo esperado. Ser campeón de Europa y del mundo, el gran favorito al título, provoca el respeto y la admiración de cualquier rival. Por grande que sea. El estilo de España ya ha pasado a la historia por la brillantez en el toque. Ha sido estudiado y se buscan fórmulas para frenarlo. Cesare Prandelli tenía una y consiguió desdibujar a La Roja.
Fuente | El País
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