Las montañas cubren el 27% del total de la superficie de la Tierra, y es en donde el 10% de la población del mundo habita. Desde allí nacen los ríos más grandes e importantes de nuestro planeta, siendo parte fundamental de las redes fluviales y de hecho, el 80% del agua fresca del mundo viene de ellas.
A lo largo de la historia, la humanidad se ha valido de las montañas de diversas formas y por ejemplo, se utilizaron como punto estratégico en 23 de los conflictos armados más significativos de la historia.
Las montañas se forman por dos grandes factores tanto de orden endógeno como exógeno. Es decir que el génesis de las montañas ocurre por razones internas (por las alteraciones de la capa terrestre y los movimientos en las placas tectónicas) y también externas (en las que tiene que ver el medio, el clima y muchas otras cosas más).
A la formación de montañas como resultado de factores endógenos se le conoce como orogénesis. Es el proceso a través del cual por medio de movimientos en las placas tectónicas en las que estas se repliegan o se enrollan, ocurren alteraciones en la corteza terrestre y se da lugar a las elevaciones que llamamos montañas.
En cuanto a los factores exógenos nos referimos por ejemplo a la erosión, que es fundamental para formar la montaña.
En la cima de una montaña suele formarse hielo. Este a determinadas alturas deshiela y produce un derretimiento que se escurre por las laderas de la montaña. El agua corre desde tales alturas para luego llegar a las distintas redes fluviales y finalmente llegar a los océanos. Mientras toda esa agua va corriendo y dependiendo de diversos factores climáticos como el viento, la montaña se va desgastando y tomando esa forma de cono.
Esas corrientes arrastran toda clase de elementos, desde minerales hasta suciedades del terreno, que luego van a parar al mar.
Si no hay hielo en la montaña, la responsable de la erosión será el agua de las lluvias, que de igual forma va a escurrirse arrastrando todo el sedimento existente. Yendo de la cima hacia la base y provocando del mismo modo esa típica forma cónica que tanto caracteriza las montañas.
En resumen, las montañas se forman primero por la orogénesis que crea la estructura y en segundo lugar por la erosión que moldea la misma. El resultado es una montaña hecha y derecha, independientemente de su altura, ya que todas tienen formas similares.
Fuente | Ojocientífico
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