La Tierra está formada principalmente de material rocoso, por lo que los cálculos para determinar su edad se han realizado siempre tratando de estimar la edad de las formaciones rocosas más antiguas, aunque los métodos para calcular estas edades han ido variando a lo largo de la historia de la ciencia.
Los primeros cálculos fueron muy poco certeros: en el siglo XVIII, el científico Buffon estimaba que la edad de la Tierra era de más de 180 mil años; si bien hoy en día esta cifra resulta muy pequeña, en ese momento fue más coherente que otras estimaciones provenientes del ámbito religioso. Luego, Kant ya habló de millones o centenares de millones de años.
El físico Lord Kelvin estimó que la Tierra tenía entre 24 y 400 millones de años, pero para Charles Darwin seguía siendo insuficiente, teniendo en cuenta su teoría de la evolución mediante selección natural, que hubiera necesitado un periodo de tiempo mayor para cumplirse.
La Tierra tiene aproximadamente 4470 millones de años, con un margen de error de un poco menos de 1% (es decir, aproximadamente, de ± 44.7 millones de años). Los científicos han estimado, basándose en la masa y luminosidad del sol respecto a otras estrellas, que la formación de la Tierra y el resto de los cuerpos sólidos del sistema solar ocurrieron al mismo tiempo, por eso las mediciones para calcular la edad de la Tierra se han realizado observando otros cuerpos presentes en el Sistema Solar.
Esto es necesario debido a que el material rocoso más antiguo de la Tierra ha sido modificado o destruido por la acción de las placas tectónicas, y de ahí la dificultad a la hora de calcular su edad. Si existe alguna roca en la Tierra que esté desde su formación y permanezca en su estado original, aún no ha sido descubierta.
De todas maneras, sí se han encontrado en todos los continentes de la Tierra rocas antiguas de más 3.500 millones de años, siendo la más antigua de todas una formación rocosa ubicada en Canadá, llamada Gneis Acasta, que se calcula tiene 4.200 millones de años. La medición de estas y otras rocas de edad similar, resulta consistente con la estimación de la edad de la Tierra, asumiendo que estas rocas fueron depositadas bastante después del origen mismo de la Tierra.
El estudio de cuerpos del Sistema Solar, tales como meteoritos o rocas lunares, y de otras muestras minerales ricas en uranio, fue lo que permitió entonces realizar la estimación de la edad de la Tierra, y para dicho estudio se utilizó el método de fechado radiométrico, que consiste en la medición de las proporciones de un isótopo y de otro elemento químico descendiente de él en la muestra.
La estimación de la edad de la Tierra de 4470 millones de años y la misma para el Sistema Solar, resultan consistentes también con los cálculos realizados sobre la edad de la Vía Lactea, que es entre 11 y 13 mil millones de años, y del universo, entre 10 y 15 millones de años.
Fuente | Ojo Científico
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