Las rocas lunares que trajeron a la Tierra los astronautas de las misiones Apollo apenas contenían agua. En aquel momento, los expertos plantearon que se debía a que, aunque la Luna se formó hace miles de millones de años cuando un planeta impactó contra la Tierra, el calor hizo que el líquido procedente de nuestro planeta se evaporara, y que el agua se perdiera en el espacio. Sin embargo, esta explicación aún dejaba abierta la esperanza de encontrar agua en los profundos cráteres de los polos lunares, en permanente sombra y lo bastante fríos para que el agua se conservara en forma de hielo.
Para comprobarlo, en octubre de 2009 la sonda LCROSS de la NASA lanzó una unidad de 2,3 toneladas para que impactara intencionalmente con el cráter Cabeus, cerca del polo sur lunar. El impacto proyectó una estela que los instrumentos de LCROSS analizaron, antes de estrellarse también sobre la superficie lunar. La última serie de análisis muestra que la estela contenía agua congelada, monóxido de carbono, dióxido de carbono (CO2), amoníaco, sodio, plata, hidrógeno y mercurio, según ha detallado el geólogo Peter Schultz, de la Universidad Brown (Rhode Island, noreste de Estados Unidos), en la revista Science.
"Este cráter parece contener un tesoro de elementos químicos que están en este lugar en una permanente oscuridad", señala el investigador. Según él, gran cantidad de estos elementos provienen del bombardeo incesante de la Luna por parte de cometas y meteoritos desde hace miles de millones de años.
El geólogo piensa que un grupo de átomos y partículas de estos elementos depositados en la superficie de la Luna podrían haber sido liberados por otros impactos de meteoritos. Una vez liberados del fino polvo que forma el suelo lunar, estos elementos químicos acabaron en los polos, atrapados en los fríos cráteres donde no entran nunca los rayos solares.
Fuente: Muy Interesante
Lo que mola de esto, es que lo descubren 40 años despues de supuestamente haber ido allí a recoger piedras.
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