El centro de El Cairo se ha convertido de nuevo en el escenario de una batalla campal donde la violencia y los actos vandálicos no han cesado, a pesar de que los militares optaron hace unas horas por abrir fuego al aire. De esta manera se intentaba dispersar a los grupos de partidarios de Mubarak que siguen enfrentados a los manifestantes que piden la dimisión del rais y el fin de su régimen, en la plaza de la Liberación. El objetivo sigue siendo el de separar a los matones y partidarios de Mubarak, que esta mañana han violado el cordón militar y han intentado tomar la plaza e incluso han disparado sobre algunos manifestantes. Pero hasta el momento no ha habido éxito. Las facciones libran un enfrentamiento encarnizado por el control de la simbólica plaza, centro neurálgico desde el pasado martes de las masivas protestas contra el régimen de Mubarak.
Mientras tanto, el Ejecutivo egipcio se distancia de los enfrentamientos en la capital. Aún así, EE UU ha denunciado que existe una campaña orquestada por parte del Gobierno egipcio para silenciar a los periodistas. Ayer, los reporteros internacionales sufrieron el acoso de los partidarios de Mubarak, con permanentes agresiones cuando trataban de moverse por la plaza. Hoy, los defensores del presidente Mubarak han ido más allá: han rodeado hoteles como el Ramsés Hilton, donde se encuentran alojados muchos periodistas, y finalmente han comenzado a entrar en busca de los corresponsales.
Los actos violentos se desataron cuando el presidente anunció que no dimitiría, a pesar de la multitudinaria manifestación que tenía como objetivo su marcha. Hoy, en otro intento de calmar los ánimos, el nuevo vicepresidente egipcio, Omar Suleiman, ha anunciado que tampoco se presentará a las próximas elecciones el hijo de Mubarak, Gamal, algo que los egipcios sospechaban desde hace tiempo que ocurriría, una vez abandonara su padre el poder. Suleiman también ha prometido que castigará a todos los implicados en los que han participado en los actos violentos.
Pero no son los únicos movimientos que ha comenzado a hacer el Gobierno de Mubarak. La Fiscalía general egipcia ha emitido una orden que prohíbe salir del país a varios ex dirigentes del régimen de Hosni Mubarak, entre ellos el ex ministro del Interior Habib el Adli. La orden también afecta al ex dirigente del Partido Nacional Democrático (PND) Ahmed Ezz. El Ministerio público ha decidido también congelar sus cuentas bancarias hasta que el país recupere la estabilidad y la seguridad, según ha informado la agencia oficial egipcia Mena.
Oficialmente solo se han confirmado ocho fallecidos y unos de 890 heridos, según cifras del Ministerio de Sanidad, que recoge la BBC . El Ejército ha creado una zona de seguridad de unos 80 metros para evitar que haya más víctimas, aunque no ha intervenido. El primer ministro egipcio, Ahmed Shafiq, ha pedido "perdón" por la violencia, ha insistido en que el Gobierno no tiene nada que ver con los choques violentos y asegura que se debieron a un "claro error" en la seguridad, que está siendo investigado. Ha asegurado, además, que no habrá más episodios de violencia.
Los Hermanos Musulmanes, el principal grupo opositor al presidente, ha hecho un llamamiento para lograr un gobierno de unidad nacional que reemplace a Mubarak. El grupo, de corte islamista, goza de una influencia creciente que preocupa a los aliados occidentales de Egipto. Tanto este grupo como El Baradei, símbolo de la oposición egipcia y ex director del Organismo Internacional para la Energía Atómica, ha dicho, por su parte, que se niega a acudir a la llamada del Gobierno para buscar una solución conjunta mientras Mubarak siga en el poder.
Fuente | El País
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