Por la geografía española se suceden los casos de construcciones inclinadas. Uno de los más sonados es el de la torre Nueva de Zaragoza, construida en 1504, que acabó siendo derribada en el siglo XIX. “Era mudéjar, bellísima y muy apreciada en su tiempo”, revela la historiadora Carmen Gómez. “Fue un símbolo de modernidad, el reloj mecánico de referencia como alternativa a los toques eclesiásticos”, pero tenía problemas de cimentación que provocaron su temprana inclinación. “Al cabo de unos pocos años ya se reforzó un poco su base”, explica. Aún así, “era segura, firme y sólida, pero decidieron derruirla en pro de la modernidad”, se lamenta. Su demolición causó “una herida en la ciudad que todavía hoy aflora de vez en cuando”.
Torre Nueva, Zaragoza |
Y es que todas estas torres inclinadas se han convertido en un verdadero símbolo en sus ciudades. En la capital maña se conserva inclinada la torre de la iglesia de san Juan de los panetes. Y Gómez recuerda otra emblemática de Aragón: “Es muy significativa la de San Pedro de los Francos de Calatayud, volada sobre la calle”.
En Andalucía destaca la torre de la Asunción de Bujalance, en Córdoba; o el Farillo Calahonda de Granada. Y seguro que la lista puede alargarse mucho más, y eso sin contar con las más famosas: las torres Kio de Madrid, con una espectacular inclinación de 15 grados, esta vez, muy calculada. Y es que los arquitectos se han dado cuenta que las torres inclinadas venden más. Y si no, que se lo digan al del recién estrenado Capital Gate de Abu Dhabi, con una inclinación de 18 grados. Récord absoluto.
Fuente | La Vanguardia
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Todos los comentarios que contengan enlaces serán eliminados automáticamente.