Esta frase parece incoherente... ¿No tiene que hacer frío para que nieve? En efecto, para que se produzca una nevada, es imprescindible que haga frío, siempre que la definición de frío "se corresponda" con la que usan la mayoría de los pueblos que viven en latitudes medias de la Tierra.
El problema radica en que la atmósfera debe albergar humedad para producir nieve, y el aire gélido contiene muy poca humedad. En cuanto la temperatura a ras de suelo desciende por debajo de unos 25º C bajo cero, las precipitaciones de nieve se tornan muy improbables en casi todos los lugares. De hecho hay una temperatura, próxima a los 40º C bajo cero, a partir de la cual (hacia abajo) ya no se produce ninguna nevada.
Cuanto más caliente está el aire, más agua es capaz de retener. Por eso, cuando viene una corriente de aire que ha pasado sobre un mar caliente, llega cargada de agua y al enfriarse en el continente se producen fuertes lluvias.
Por contra, si el aire está muy frío apenas puede soportar vapor de agua y es muy seco. Por eso, los lugares más secos del planeta son los próximos a los polos. No deja de ser sorprendente: el suelo es de agua, pero el aire es muy seco. Muy seco.
Como consecuencia, si miramos una tabla de precipitaciones en distintos lugares del mundo observaremos que las precipitaciones en el Ártico y en el Antártico, en sus respectivos inviernos, son muy escasas.
Fuente: Ballesterismo
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