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miércoles, 5 de diciembre de 2012

Nuevo blog de libros




Viajando entre páginas es un nuevo blog sobre libros donde encontraréis novedades, reseñas, opiniones, noticias... Un lugar donde los amantes de la lectura podrán encontrar información sobre libros e ideas para leer.

sábado, 27 de octubre de 2012

Libro: Trilogía de Auschwitz (Primo Levi)

La Trilogía de Auschwitz, en realidad son tres libros reunidos en un mismo volumen.

El autor, Primo Levi, fue un judío italiano superviviente de Monowitz-Auschwitz que al finalizar la guerra escribió varias obras contando su experiencia en el campo de concentración.

En la primera parte, titulada "Si esto es un hombre" y desde mi punto de vista la más interesante, Levi nos cuenta cómo es la vida en un campo de concentración nazi, cómo se vive el día a día y cómo se sufre. Narrado de forma objetiva y no en un tono de denuncia como sería de esperar después de haber sufrido en sus propias carnes la barbarie nazi.

La segunda obra de la trilogía, "La tregua", narra la peripecia que siguió a la liberación. El viaje, ya en libertad, a través de diferentes campos de refugiados hasta llegar a Italia.

"Los hundidos y los salvados", que completa la trilogía, es una reflexión sobre la culpa, la venganza y también sobre el ser humano en general. A mí esta parte no me ha gustado. Levi derrocha en este último libro una prepotencia sin límite, planteando sus teorías como si estuviese en posesión de la verdad absoluta.

En definitiva, esta trilogía es una de esas obras imprescindibles que todo el mundo debería leer porque lo que ocurrió en Auschwitz tiene que saberse.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Cartografía de una sublevación

Un libro detalla con más de 60 mapas los movimientos y las reacciones de los primeros días del golpe militar de 1936 en una veintena de ciudades españolas

18 de julio. 13.15 horas. Queipo de Llano sale del hotel Simón de Sevilla, gira a la izquierda y sube hacia Capitanía General. Apenas 45 minutos después conmina allí al general Fernández de Villa-Abrile a unirse a la sublevación. Este, el general López Viota y otros oficiales responden con tibieza y son encerrados en un despacho... sin mediar llave alguna. ¿Pudo depender el sino del golpe que llevó en 1936 a la Guerra Civil de un oficial que se quedó quieto, retenido en una habitación sin cerrar? Puro Berlanga si no fuera porque casi tres días después, los combates entre sublevados y republicanos por las calles de Triana la roja y el Moscú sevillano (el barrio de La Macarena) son dantescos: los legionarios disparan puerta a puerta, sin distinguir a los civiles, obligados por la numantina resistencia a usar bombas de mano y, luego, a tomar a cuchillo una a una las 17 grandes barricadas que hacen de la calle San Luis y alrededores un infierno.

Se pueden seguir en el barrio los movimientos de tropas, los disparos de artillería, la ubicación de ametralladoras y barricadas de unos grupos y otros... Es lo más parecido a un documental, pero el realismo lo genera uno de los mapas que conforman La sublevación (Dau), primer libro monográfico de historia que traduce en imágenes infográficas las jornadas iniciales del golpe militar, detallado al milímetro en una veintena de ciudades, de las que hasta hace listado del bando por el que optaron los grandes oficiales.

"El déficit y los vacíos son brutales; falta tradición sobre el uso de cartografía", observa Víctor Hurtado, historiador y cartógrafo casi accidental (lo aprendió en Económicas pero lo aplicó en un mapa carolingio como historiador medieval), autor de un volumen que, para alimentar sus 78 páginas y 60 ilustraciones, ha buceado en 59 monografías ("un capítulo por ahí; un párrafo por allá donde se concreta que unas tropas bajaban por tal calle"). También en menos mapas del Estado Mayor del Ejército de los que hubiese querido, apenas supervivientes en los archivos del Ejército de Ávila y Salamanca; asimismo, en el de Juan Negrín. "Muchos de los que he hallado son de esos de carretera de Michelin, apenas coloreados de rojo o azul según los avances".

Para subsanar lagunas, Hurtado utilizó guías turísticas de la época para reconstruir la trama urbana y los nombres de las calles, que no siempre obtuvo. Muchos salieron de buscar "en la Espasa Calpe de la época".

Sin tocar ordenador (trabaja a la antigua usanza, con papeles vegetales sobre mapas de la zona), ha ido reconstruyendo, por ejemplo, planos con los asesinatos de febrero de 1936 (67 en Madrid; 34 en Sevilla, 12 en Barcelona) o el número de huelgas (56 en la capital; 125 en Barcelona), todo con un grado de detallismo que le ha permitido hacer cronologías casi al minuto y detallar trayectorias, como el asesinato de Calvo Sotelo.

"Por los dos bandos, hubo mucha improvisación", resume. Y desde el principio: en los primeros momentos del 18 de julio en el protectorado de Marruecos, el mapa refleja cómo, por desobediencia y desorganización, los únicos aviones republicanos en activo (dos Fokker VII y un Douglas DC-2 modificado) no bombardearon las plazas militares y dejaron intactas las pistas de los aeródromos, con lo que no se evitó su uso para el cruce del Estrecho por los sublevados. Todo lo contrario de Barcelona donde, visto desde el frente litoral, se aprecia como los aparatos republicanos atacaron los cuarteles de los rebeldes en las Atarazanas, la Ciudadela y las dependencias militares del Paseo Colón. También el crecimiento de la trama urbana dificultó la movilidad de los sediciosos, que hallaron una barricada en cada esquina. En las antípodas, Valladolid: la ubicación central de los cuarteles en una ciudad con poca densidad callejera facilitó el éxito faccioso.

Al caos generalizado ayudó, en el lado republicano, el miedo de los gobernadores civiles a armar a la población. Un caso flagrante fue la actitud del de Córdoba, Rodríguez de León, que sobre las 15.00 del 18 de julio se opuso a ello y rechazó la ayuda de una columna de mineros pertrechados con dinamita. Siete horas después, los insurrectos tenían la ciudad en sus manos. Algo parecido se refleja en Mallorca, donde la tarde de la sublevación el gobernador se negó a abrir los arsenales argumentando que el sedicioso general Goded le había dado su palabra de seguir fiel al Gobierno.

Las dudas de muchos mandos golpistas compensó parcialmente la situación. Ocurrió en Madrid, donde la falta de información retuvo a muchas tropas rebeldes en los cuarteles hasta la mañana del día 19, lo que dio tiempo a la resistencia a evitar que fuerzas del cuartel del Conde-Duque participaran en la defensa del de la Montaña. La toma de este por los frentepopulistas tiene dos páginas, lo que permite apreciar líneas de asalto o como a las 14.00 del día 19 aún entraban falangistas y voluntarios de partidos derechistas que eran armados y uniformados para defenderlo.

El descontrol de los rebeldes también fue notable en San Sebastián y Málaga. En esta, con la situación controlada dada la rapidez con la que la tropa sublevada cubrió la distancia que separaba el cuartel de Capuchinos del centro de la ciudad, la retirada por motivos nada claros de la Guardia Civil a sus cuarteles dio un giro copernicano a la situación.

Esos despistes entre los fascistas fue una constante en el golpe de Estado que, por otra parte, según Hurtado, "fue decimonónico, de manual: primero detenían a las autoridades militares leales a la República; posteriormente, sacaban las tropas a la calle a leer el bando de guerra y después anulaban la autoridad civil". El papel más deleznable se lo llevó el coronel Aranda, responsable militar en Asturias, que hizo un maquiavélico doble juego: organizó la salida hacia Madrid de columnas de mineros, lo que le permitió allanar la sublevación en la ciudad; además, el día 19, media hora antes de declararse partidario de los sublevados, se ofreció a entregar armas a los milicianos como le requería el Ministerio de la Guerra, orden que, claro, no cumplió.

"Azaña se equivocó: tenía controlados a los generales de brigada y de división, pero no dominaba a los que tenían mando en tropa: que casi todos eran fascistas", suelta el cartógrafo, que planea un atlas de la Legión Cóndor y otro sobre las Brigadas Internacionales, mientras ojea sus mapas sobre el golpe militar en los puertos de Cartagena, Ferrol... "Una pena: en muchos casos, el éxito de la sublevación fue cosa de pequeños detalles, de horas...". Todo está ahora en sus mapas.


Fuente | El País

domingo, 13 de noviembre de 2011

Desvelan el significado oculto del 'Copiale Cipher'

Tres profesores resuelven uno de los grandes retos de la criptografía, un códice del siglo XVIII que guardaba secretos de la secta masónica de los Oculistas. La clave ha sido matemática.

Portada del Copiale Cipher
La cubierta azul, con brocados en dorado, las páginas amarillentas, sujetas por hilos que han dado de sí con los años, contienen solo números, símbolos abstractos y algunas letras reconocibles. Hace 200 años que eso era todo lo que se podía decir del Copiale Cipher, un libro escrito en matemáticas. Son 105 páginas sin espacios, escritas casi sin tachones con una cuidada caligrafía en un código sin leyenda. El trabajo de tres profesores ha desvelado uno de los grandes retos de la criptografía. Ese texto encriptado contiene las bases de una sociedad masónica secreta de mediados del siglo XVIII: los Oculistas o la secta del Gran Ojo.

"Junto a un montón de velas, varios instrumentos y anteojos, perspectiva microscópica, un paño y un vaso de agua deben estar presentes", así empezaba el rito de iniciación de un aspirante, el más importante para la secta. Más de dos siglos se han tardado en desvelar los secretos de los "doctores del ojo", como se autoproclamaban. Su nombre no se debía a una pasión irrefrenable por la oftalmología, sino a que se consideraban los elegidos para abrir los ojos al mundo. Creían que se podía entender el significado del universo a través de la geometría y el número, por eso el candidato debía demostrar su soltura en el sistema de lectura "en el arte del cifrado" que empleaban.

El desciframiento del Copiale Cipher es especialmente interesante para los expertos en masonería porque el libro data de entre 1760 y 1780, casi un siglo antes de la Inglaterra victoriana: la época por excelencia de sectas y reuniones secretas, a través de las que escapaban de su propia rigidez. "En cierto modo, dejaban su propia identidad en la puerta. Al entrar en la logia abandonaban el traje de su antiguo yo", según Andreas Önnerfors, experto en masonería de la Universidad sueca de Uppsala, que está estudiando la importancia histórica del descubrimiento.

Era una segunda vida de rito y matemáticas. El Copiale Cipher explica con detalle la importancia del escenario en las ceremonias, deteniéndose en el rito de iniciación. "Elaborado solo con tiza, para que todo se pueda borrar después de la recepción", se dibujaban varios símbolos, hasta construir un mosaico de matemáticas. En el centro, hay una estrella redonda que "representa a Dios como el mayor maestro de obras y también de la geometría". El 3 es la Trinidad, el 5 el ser humano. ¿El 10? "¡No recuerdo haber visto ese número nunca en las enseñanzas masónicas! Se me ocurre que podrían ser dos seres humanos...", especula Önnerfors.

En el Copiale Cipher se detallan algunas de las contraseñas que los Oculistas empleaban para no ser descubiertos: "Cuando no se esté seguro de si uno de los presentes es masón, se pregunta qué clima hace en el exterior. La respuesta es buena o mala, de acuerdo con las circunstancias".

El secretismo de las sectas fue más fuerte en países donde los masones eran castigados con la muerte, como en España, donde se persiguió durante el franquismo a las sociedades secretas que se habían introducido en la Península a través de Gibraltar. "Si el candidato no ha demostrado su lealtad y obediencia (...) es para siempre rechazado por la orden", explica el códice.

-¿Qué pasaba si alguien rompía la promesa?

-Eso queda a la imaginación, ¡el libro no especifica cuál es el castigo!

Sí se habla, en cambio, de pequeñas multas: "No se permite jurar, blasfemar, o hablar de forma deshonrosa. El contraventor será castigado con una sanción monetaria que se pondrá en la caja de limosnas".

El libro está estructurado en tres partes. En la primera describe el rito de iniciación para los nuevos miembros de la secta, en la segunda habla de la masonería y en la última, más esotérica, trata conceptos más abstractos, una mezcla de ideas religiosas y matemáticas que son la base filosófica de la secta. El desciframiento del libro comenzó como un hobby de fin de semana para el profesor Kevin Knight, del Instituto de Ciencias de la Información de Marina del Rey (California): "Era un reto. En realidad mi especialidad es en programas informáticos de traducción lingüística, no en criptografía". Cuatro meses más tarde y con la ayuda de Beáta Megyesi y Christiane Schaefe, profesores del departamento de filología y lingüística de la Universidad de Uppsala (Suecia) habían roto un secreto que llevaba más de dos siglos.

¿Lo más difícil del proyecto? "Averiguar que los símbolos y números que construían el texto escondían un mensaje que debía leerse en alemán". Llegaron a esa conclusión porque el libro había sido encontrado en la Alemania Democrática, satélite de la URSS en los tiempos del país dividido. Pertenecía a una colección privada, pero lo guardaba la Academia de las Ciencias de Alemania Democrática, con la caída del muro de Berlín se descubrió un nuevo reto para la criptografía. "Lo descifré sin hablar ni una palabra de alemán, el idioma base del texto", comenta divertido Knight. Con su comentario no pretende desprestigiar el logro, sino subrayar que la clave de la decodificación ha sido matemática, no lingüística.

-¿Google Translator?

-¡Ojalá hubiera sido tan fácil! Estaba escrito en alemán antiguo. Tuve que utilizar el diccionario de mi iPhone para traducir las palabras a alemán moderno y luego al inglés.

El método de desencriptación mezcla las herramientas informáticas con garabatos a papel y lápiz. El procedimiento fue sencillo, aunque laborioso: un programa informático calculó la frecuencia de repetición de las letras en alemán y la contrastó con la frecuencia de repetición de los símbolos. En base a esos resultados se procedió al cambio de letras: ¡voilà!, tenían sentido. Había, eso sí, pequeños errores que subsanar. Los acentos y algunas letras marcaban pequeñas modificaciones en la traducción y las letras románicas señalaban la separación de palabras.

"La base de estas sectas era su carácter exclusivo, el fuerte sentido de pertenencia que despertaban en el grupo", comenta Önnerfors. Para sus estudios, la traducción ha sido fundamental. Solo es el libro de una sociedad secreta más, pero le permite hurgar en su retina. "Ya les he pasado [a los profesores que han descifrado el libro] otros que son un misterio, a ver si consiguen resolverlos", explica. Uno de estos es el manuscrito Voynich, un misterioso libro ilustrado, escrito en el siglo XV en un alfabeto desconocido, que es el Santo Grial de la criptografía histórica. Nadie ha conseguido descifrar ni una letra. El profesor Knight y sus compañeros ya se han marcado un nuevo reto.


Fuente | El País

sábado, 16 de julio de 2011

Umberto Eco prepara una nueva versión de 'El nombre de la rosa'

Umberto Eco advirtió la necesidad de volver a trabajar sobre el texto de El nombre de la rosa para agilizar algunos pasajes y "refrescar el lenguaje", comunica en un escueto comunicado Bompiani, la editorial tradicional del escritor italiano (Alessandria, 1932), que publicó originalmente la novela en 1980 y cedió los derechos para traducirla en 47 idiomas (en España, Lumen).

Treinta años y treinta millones de ejemplares vendidos más tarde, la novela negra medieval que Le Monde puso entre los 100 libros más representativos del siglo XX, quiere desdibujar sus durezas, se hace "más accesible a los nuevos lectores", se adecua - a fin de cuentas - al siglo XXI.

La segunda versión de El nombre de la rosa llegará a las librerías italianas el próximo 5 de octubre, mantendrá el mismo título que aupó a la fama internacional a su autor y costará 16 euros.

El profesor Eco, que fundó la primera facultad de Ciencias de la Comunicación en Bolonia hace más de 20 años, pretende actualizar su novela para acercarla a las nuevas tecnologías y generaciones. El objetivo es que quienes solo conocen la obra por citas de Internet, asustados por su dificultad idiomática o por lo denso de algunos pasajes, puedan leerla también, así como los lectores digitales.

Todavía no se conocen los detalles de la reinvención del gran clásico de la literatura italiana y mundial. Lo único cierto, garantizan desde Bompiani, es que Eco no va a modificar la trama, el intrigo. Los lectores novelos van a encontrarse con los dos monjes, el franciscano Guillermo de Baskerville, agudo y brillante, suerte de Sherlock Holmes del siglo XIV, y su pupilo, el tímido y perspicaz Adso de Melk. Los dos investigan una serie de asesinatos en un monasterio benedictino, todos ellos relacionados con un libro prohibido.

A hacer más popular y accesible aquella novela, hilvanada a la sombra de una abadía rica en recodos y pasajes secretos, rechoncha concreción de enigmas y ecos de filosofía antigua, contribuyó de forma determinante la gran pantalla. La película que en 1986 el cineasta francés Jean-Jacques Annaud rodó con Sean Connery en el papel protagonista de Guillermo y Christian Slater como Adso es ágil y cautivadora. Sin embargo, a Eco no le bastó. Para que una comunidad de lectores cada vez más digitalizados y rápidos pueda saborear el misterio y el encanto de su primera novela, quiso cambiarla. Si no puedes educar al lector, simplifica tu novela.


Fuente | El País

domingo, 5 de junio de 2011

El origen holandés de Nueva York, en un nuevo libro

El escritor estadounidense Russel Shorto presentó este viernes en Barcelona su nuevo libro, Manhattan. La historia secreta de Nueva York (Duomo), un ensayo que bucea en el pasado menos conocido de la ciudad y en el impacto que los colonos holandeses tuvieron en su génesis.

Tras una exhaustiva investigación, Shorto ha descubierto que los holandeses fueron los primeros en ocupar el territorio donde hoy en día se asienta la ciudad de Nueva York, y que los modelos sociales y culturales de esos colonos influyeron de forma determinante en la configuración de la ciudad.

"La influencia holandesa en Nueva York fue muy importante en el siglo XVII y asentó las bases de la tolerancia, el multiculturalismo y la libertad comercial de las que hoy presume la ciudad", ha asegurado Shorto en rueda de prensa, recordando que durante más de medio siglo la ciudad era conocida por el nombre de Nueva Ámsterdam.

El escritor, que reside en la capital holandesa, ha lamentado que cuando los estadounidenses piensan en su propia génesis se refieren a las ciudades de Virginia y Nueva Inglaterra, y a la historia de los colonos ingleses y puritanos, pero nunca se refieren al pasado de Nueva York porque es "mucho más complejo y variado".

Unos 10.000 colonos originarios de los Países Bajos llegaron a Estados Unidos en busca de un futuro mejor y se dieron cuenta de que estaban en una posición de debilidad frente a los indios nativos, ya que eran menos en número y los necesitaban para comercializar y hacer negocio.

Por eso decidieron llegar a un acuerdo con las diferentes tribus en la zona: "Hay una leyenda urbana que asegura que los holandeses compraron el territorio que ahora ocupa Nueva York por 24 dólares, pero lo que realmente sucedió es que llegaron a un acuerdo de amistad con los indios, que cerraron con la cesión de comida y utensilios por ese valor, pero era más bien un regalo ceremonioso", ha puntualizado Shorto.

Tras ese episodio, los holandeses se instalaron en la zona de Manhattan e instauraron una sociedad basada en las máximas de su país -la multiculutralidad, la idea de comercio libre y la libertad religiosa-, aspectos que fueron adoptados por los ingleses cuando conquistaron el territorio y que configuró el ADN de Nueva York con un "estilo muy diferente al del resto de Estados Unidos".

Además, la influencia de los colonos de los Países Bajos todavía está presente en el territorio comprendido entre Manhattan y Albany, en multitud de pequeños detalles: la comida, los nombres de numerosos pueblos, y el idioma que algunas personas hablan en sus casas que es un holandés arcaico, precisamente del siglo XVII.

La historia de ese medio siglo es fascinante y convulsa, ha señalado Shorto, que ha añadido que ese periodo está protagonizado por personajes que vivieron "situaciones imposibles" como el último director general holandés de la colonia, Peter Stuyvesant; el abogado Adriaen Van der Donck, y el político Peter Minuit.

Todos estos personajes podrían ser los protagonistas de una película, ya que el escritor ha recibido ofertas hollywoodiense para adaptar su ensayo a la gran pantalla, en lo que podría convertirse en "una 'precuela' de la popular Gangs of New York", ha bromeado.


Fuente | 20 Minutos


sábado, 28 de mayo de 2011

El manuscrito Voynich, hermoso pero sin sentido

Pocos códigos sin descifrar inspiran tantas interpretaciones imaginativas como el manuscrito Voynich, un tomo medieval lleno de ilustraciones de plantas medicinales, diagramas astrológicos, ninfas desnudas y páginas llenas de escritura indescifrable. A pesar de haber sido estudiado durante los últimos cien años por los mejores criptoanalistas, no ha podido descifrarse ni una sola palabra.

Poco se sabe sobre la historia de este libro antes de 1912, cuando el librero Wilfrid Voynich lo encontró en un monasterio italiano, aunque se cree que perteneció al emperador Rodolfo II de Bohemia.

En 2004 el científico y lingüista Gordon Rugg, de la Universidad de Keele en el Reino Unido, hizo público un argumento en el que se muestra convencido de que el manuscrito es, en realidad, un engaño. Esto contradice las investigaciones anteriores, que muestran que los patrones de longitud de las palabras y combinaciones de símbolos es similar a los que se encuentran en las estructuras de las lenguas reales, algo que sería muy difícil de lograr por un falsificador. Pero Rugg insiste en que sería posible crear una estructura de lenguaje similar a la del manuscrito utilizando técnicas conocidas por los criptógrafos del siglo XVI.


Andreas Schinner, de la Universidad Johannes Kepler de Linz, Austria, publicó en 2007 un estudio que apoya esta teoría. Sin embargo, no hay duda de que el manuscrito es antiguo. Las pruebas de radiocarbono realizadas en 2009 indican que el libro data del siglo XV. Schinner dice que esto no excluye que sea falso, pero reconoce que no es posible demostrar si el texto tiene o no algún significado.


lunes, 3 de enero de 2011

La oscura diplomacia del Tercer Reich

La historia reciente de Alemania es una fuente inagotable de sorpresas. La última la ha provocado un libro que derriba el mito sobre la supuesta oposición silenciosa que el Ministerio de Exteriores mantuvo frente al ideario nazi. Das Amt und Die Vergangenheit (El ministerio y el pasado), ediciones Blessing, redactado por una comisión de historiadores guiada por el profesor Eckart Conze, describe a los diplomáticos del Reich como una "organización criminal". La conclusión es contundente: "Los diplomáticos estaban al tanto de la política contra los judíos y tomaron parte activa en ella. (...) La cooperación en el exterminio en masa era una de las áreas de actividad del ministerio en toda Europa".

Pero no solo eso. Después de 1945, el Ministerio de Exteriores de la República Federal ocultó a los ex criminales nazis. Sucedió entre 1951 y 1955, etapa en la que Konrad Adenauer era canciller. Adenauer permitió que ex miembros del NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) se quedaran en el equipo ministerial como diplomáticos, que ocuparon puestos en las Embajadas de países árabes o latinoamericanos, donde era difícil que tuvieran que enfrentarse a ninguna persecución. Las cosas no cambiaron con Willy Brandt. A pesar de haber sido un firme opositor a Hitler, Brandt, una vez elegido canciller, siguió trabajando con Ernst Achenbach, ex oficial del Führer encargado de rastrear judíos en la Francis ocupada. Fue Joschka Eischer, al frente del Ministerio de Exteriores, quien creó en 2005 una comisión para investigar hasta qué fecha el departamento había ocultado su pasado nazi. Hasta la llegada de Fischer, muchos documentos habían permanecido secretos.

El estudio fue publicado el mes pasado y al acto de presentación asistieron los últimos responsables de la diplomacia alemana, Fischer, Frank Walter Steinmeier y el actual responsable de esta cartera, Guido Westerwelle, aunque en distintos eventos. Los cables liberados a través de este trabajo se leen como una Wikileaks histórica que involucra a los diplomáticos alemanes en la persecución de los judíos en Serbia, Francia, Suiza, Italia...

Los informes de los enviados del departamento de Exteriores fueron leídos y archivados cuidadosamente por empleados a las órdenes de Constantin Freiherr von Neurath y, más tarde, de Joachim Ribbentrop, titulares de esta cartera durante los Gobiernos de Hitler. Franz Rademacher, "responsable de los judíos", fue enviado en octubre de 1941 a Serbia, donde coordinó deportaciones y ejecuciones en masa. A su vuelta escribió un informe: "Los judíos varones serán fusilados este fin de semana, así que el problema queda solucionado tal y como relata la Embajada en un comunicado". Los costes de su viaje están registrados en un documento como: "Liquidación de judíos en Belgrado". Ulrich von Hassell, embajador en Roma, estaba encantado en 1933 con la nueva etapa antijudía y escribió claramente que quería "ser un luchador activo, es decir, participar" en la eliminación de judíos. Por su parte, Ernst von Weizsäcker, diplomático en Berna, en 1933, anotaba preocupado que "en el exterior falta una comprensión de la acción antijudía, porque quizá la influencia judía no ha manchado todavía sus almas".

La necesidad de iluminar los bajos fondos del Ministerio de Exteriores alemán comenzó con una carta que Marga Hensler, ex traductora del departamento, de 92 años, envió a Joschka Fischer quejándose de un elogioso obituario del diplomático Franz Nüsslein publicado en el año 2003 en una revista oficial. Nüsslein fue cónsul general de Alemania en Barcelona entre 1962 y 1974, y durante la Segunda Guerra Mundial fue fiscal en la Checoslovaquia ocupada, donde firmó miles de sentencias de muerte contra presuntos miembros de la resistencia. Fischer, sorprendido y preocupado por la polémica que había generado la carta de Hensler, decidió poner en pie una comisión de investigación: "Este es el obituario que este señor se merece", dijo. Después de la publicación del libro, Guido Westerwelle mandó una circular a las delegaciones diplomáticas alemanas en el mundo recomendando que descolgaran de las paredes todos los retratos de embajadores germanos anteriores a 1951. Instó también a las embajadas a investigar cualquier acusación de nazismo contra sus antiguos representantes. Estos detalles y el apoyo de tres ministros de Exteriores han elevado el interés del libro a los ojos del público. Y la obra se ha convertido en un superventas en las librerías. Se han vendido 80.000 ejemplares entre noviembre y diciembre pasados. También ha generado un sinnúmero de artículos o entrevistas de otros historiadores que han ido analizando las 880 páginas y 2.000 notas en búsqueda de incongruencias y superficialidades. El asunto está que arde, y la polémica, servida. Hans Mommsen, célebre experto del Tercer Reich, explicó la semana pasada que el libro le causó "horror" y que, en su opinión, está lleno de "errores enormes". Jöhannes Hürter, del Instituto de Historia Contemporánea de Múnich, dijo que no tiene "fundamento". Su colega de Fráncfort Sönke Neitzel dijo que se trata de "pornografía histórica". Se critica en particular la superficialidad y la falta de método científico por mezclar documentos inéditos con otros ya publicados. A pesar de esto, muchos políticos, Fischer y Westerwelle entre ellos, están convencidos de que la obra cambiará para siempre la imagen de la diplomacia alemana. Lo mismo piensan los supervivientes del Holocausto. La actitud de Westerwelle "demuestra que la Alemania actual es muy seria en su intención de confrontarse honesta y dolorosamente con su oscuro pasado", dijo Elan Steinberg, vicepresidente de la Unión Americana de Supervivientes Judíos.


Fuente: El País

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El Premio Cervantes, para Ana María Matute

El Ministerio de Cultura ha concedido el premio Cervantes 2010, el máximo galardón de las letras en castellano, a Ana María Matute, aspirante durante varios años.

Matute, académica de la Lengua Española, es la tercera mujer distinguida con este galardón, en los 35 años de vida del premio. Las otras dos mujeres fueron, la española María Zambrano en 1988, y la cubana Dulce María Loynaz en 1992.

Ana María Matute, que nació en Barcelona el 26 de julio de 1925 aunque vivió muchos años, incluida la guerra civil, en Madrid, es autora de una obra muy personal que ha marcado la novela española de la posguerra. Se dio a conocer en 1948 con Los Abel, a la que seguirían Fiesta al Noroeste, premio Café Gijón en 1952, galardón al que siguieron los Premios Nacional de Literatura Miguel de Cervantes y de la Crítica por Los hijos muertos (1959). Ese mismo año obtuvo también el Premio Nadal por Primera memoria, primer libro de su trilogía titulada Los mercaderes y seguida con Los soldados lloran de noche (1964) y La trampa (1969).

Un largo silencio debido a una depresión marcó su producción desde 1973, cuando publica El Río, hasta Olvidado Rey Gudú, la monumental novela que certifica su regreso al primer plano de la narrativa en 1996. Después vendrían Aranmanoth (2000) y la última, Paraíso inhabitado (2008), que han supuesto también su reencuentro con los lectores más jóvenes gracias a su particular visión de un universo fantástico y mitológico, que rompe en cierta forma con sus temas clásicos: la infancia como paraíso perdido, la incomunicación y la soledad interior.

Matute ha sido también una destacada autora de literatura infantil y juvenil, con títulos como Paulina, Historias de la Artamilla, Libros de juegos para los niños de otros o Los niños tontos, así como Solo un pie descalzo, premio nacional de literatura infantil en 1984.

Ha dado clases en varias universidades de Estados Unidos y ha recibido todo tipo de premios en su trayectoria.

Fuente: El Periódico

jueves, 11 de noviembre de 2010

A la caza del inmigrante

El pasado sábado, la policía detenía en Malmö al sospechoso de ser el «nuevo asesino del láser», autor de ataques racistas en los últimos meses. La historia se repite. Han pasado 20 años desde que en 1991 y 1992 Suecia vio impotente cómo un asesino en serie cometía 10 atentados con arma de mira láser contra 11 inmigrantes de pelo oscuro. Uno murió, otros aún sufren secuelas.

Fue un trauma nacional similar al del asesinato del primer ministro Olof Palme. Antes de convertirse en el asesino del láser, por lo que hoy cumple cadena perpetua, John Ausonius fue sospechoso de aquel magnicidio. De madre alemana y padre suizo, «los policías lo imaginaban como un vikingo alto, rubio y de ojos claros. Lo que más les sorprendió fue que era de tez y pelo oscuro y origen inmigrante», explica en Barcelona el reconocido periodista sueco Gellert Tamas, quien realizó una ingente y «obsesiva» investigación que cristalizó en El asesino del láser (Debate / La Campana), una crónica real, «un libro de no ficción escrito como una novela», publicado en Suecia en el 2002.

Amén de más de 20.000 páginas de archivos de la investigación y entrevistas a policías, víctimas, familia y amigos de Ausonius, Tamas, paradójicamente de padres húngaros, es el único con quien el asesino accedió a hablar (a quienes no soporta, dice, «es a los inmigrantes no europeos»). 40 horas de conversación: «Hablaba sin parar. Dijo que hacerlo era un desahogo. Creía que había llegado el momento de contar la verdad». «Es bastante inteligente, habla tres idiomas, lee Newsweek o Time -cuenta el periodista-. Pero es narcisista y carece de empatía. Decía que no sentía nada hacia sus víctimas. No tenía remordimientos. Había asumido el papel de Dios decidiendo quién debía morir. No tenía problemas en hablar fríamente de los asesinatos o los atracos a bancos que cometió, pero era reticente y agresivo ante preguntas personales, de su infancia o sus padres». Tuvo una madre que le pegaba y un padre mujeriego. Era un inadaptado con problemas de relación, un yuppie de 38 años, un jugador arruinado que pasó por el psiquiátrico y por la prisión por fraude.

«Nunca se sintió aceptado en sociedad. Se sentía extranjero, le llamaban negrata. De adulto se cambió el nombre, se tiñó el pelo y se puso lentillas azules. Matar a inmigrantes era decir 'quiero ser un sueco, no un inmigrante. Era un autoasesinato o suicidio simbólico, el paso para ser aceptado por la sociedad», opina Tamas, que añade que «en realidad era el espejo, la cara oscura de la sociedad sueca de principios de los 90, percibida como una de las democracias más estables, un paraíso en la tierra, cuyos cimientos fueron sacudidos por una sola persona».

El libro denuncia el racismo y los neonazis, como hizo Stieg Larsson, colega de Tamas y que una vez le dijo que llegó a empezar un libro sobre el asesino del láser pero que lo dejó por Millennium. Según el periodista, la gente «aprendió de aquello» y ahora que vuelve a haber crisis económica, acalorados debates sobre racismo, ataques a inmigrantes y la extrema derecha vuelve a estar en el Parlamento, la sociedad ha reaccionado vivamente en contra.

¿Qué le pareció a Ausonius el libro? «Me dijo 'es un buen libro, pero no hablaré contigo nunca más'».


Fuente:
El Periódico

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Amphibia, la nueva editorial digital

Hace pocos días nació Amphibia, editorial digital independiente que busca ser “un espacio abierto a la literatura visual, un punto de encuentro entre la literatura, la fotografía y la ilustración donde artistas de distintas disciplinas, tanto consagrados como aquellos que inician su trayectoria, pueden interactuar y dar versatilidad a sus obras mediante la fusión de la palabra y la imagen”. Fundada en Barcelona por Natalia Padilla, Amphibia inicia su andadura con un modelo innovador en el escenario editorial español.

Todos los libros de las colecciones de ensayo, narrativa, poesía y narrativa gráfica de Amphibia están disponibles en formato ePub sin DRM. Además de poder leer una muestra desde la web, el lector tiene dos opciones de compra:

- Pago y descarga del libro para leer en PC, móvil, tableta o dispositivo lector.

- Pago de una licencia que permite la lectura del libro en línea durante cuatro meses. Una vez vencida la licencia, el lector tiene la opción de: 1. no hacer nada ya que ha acabado de leer el libro y no le interesa descargarlo o 2. descargar el libro. En este segundo caso, el lector paga sólo la diferencia entre el precio de descarga y el precio de licencia de lectura.

Para realizar cualquiera de los dos tipos de compra (por descarga o por licencia), es necesario registrarse en la web de la editorial. Los lectores registrados cuentan con una biblioteca propia y un software para leer en línea los libros que adquieran. La web de Amphibia también ofrece a los autores (escritores, fotógrafos, ilustradores, etc.) un lugar donde poder ver sus ventas en tiempo real, saber quiénes son sus lectores e incluso (en una segunda fase), poder interactuar con éstos.

Se trata de una apuesta fuerte y arriesgada de la editorial por facilitar la conexión entre los creadores y su público, función de todo editor que se precie de serlo (sea digital o no). En ese sentido, es alentador que en el panorama editorial español surjan propuestas dispuestas a probar sin temores la diversidad de experiencias lectoras que ofrece el mundo digital. Esperamos que la valentía de apuestas como la de Amphibia sea recompensada.


Fuente: Ediciona

lunes, 1 de noviembre de 2010

24symbols, el Spotify de los libros

24symbols.com todavía no ha comenzado a funcionar y ya ha recibido 250.000 euros del grupo de inversión Sidkap, ha sido mencionada por diarios como The Guardian o Le Figaro y su página web recibe más de 3.000 visitas diarias. Sus creadores lo definen como "el Spotify de los libros", pero ¿qué es?

Aitor Grandes, uno de sus cuatro fundadores explica que, cuando se lance definitivamente, 24symbols será un servicio que ofrecerá libros en línea de forma gratuita y con publicidad, del mismo modo que hace Spotify con la música. Y, al igual que con este servicio, los usuarios podrán suscribirse para deshacerse de la misma.

En cualquier caso, los usuarios podrán acceder al servicio desde cualquier dispositivo con navegador y acceso a Internet, ya sean redes WiFi, ethernet o 3G, para leer cualquier libro del catálogo de 24symbols. Además, según explica Grandes, la idea es desarrollar también aplicaciones para iPad, iPhone y dispositivos Android para no tener que acceder mediante el navegador.

Los usuarios que opten por un servicio de suscripción, por su parte, podrán acceder a los libros cuando no se encuentren en línea, aunque, para evitar que se 'pirateen', el contenido "se bajará a un pequeño fichero, pero nunca se almacenará". De este modo, se podrá leer, cuando no se tenga acceso a la Red, como, por ejemplo, en el metro. El sistema de pago todavía no tiene un precio decidido, pero Grandes cree que su precio estará "entre seis y nueve euros al mes. La idea es que un trimestre de suscripción cueste más o menos lo que cuesta un libro".

En cuanto al catálogo, la idea es no limitarlo a editoriales de literatura, sino que quieren centrarse "en todo el mundo del papel: libros educativos, de tecnología... Por el momento, están en conversaciones "con varias editoriales", explica Grandes.

Este joven empresario de 34 años, que abandonó su trabajo para dedicarse "full time" a este proyecto, también explica que creen que llegan en el momento justo, pues los dispositivos de lectura electrónica y, sobre todo, las tabletas, especialmente en España, "todavía tienen poco mercado", lo que les da tiempo a preparar el proyecto y para negociar con las editoriales. "Si no fuera así, significaría que estaríamos llegando tarde".

"En general las editoriales ven el cambio que se va a producir de papel a digital", afirma Grandes, que también explica que, no obstante, todavía lo ven como algo lejano.

Sin embargo, cuando estos dispositivos estén implantados "la 'piratería' va a ser tremenda", por lo que para las editoriales este será un modelo muy rentable, pues les dará publicidad e ingresos, tanto de las suscripciones 'premium' como de los anuncios de las cuentas gratuitas.

"Las editoriales deberían ver que somos un aliado, una manera de digitalizar su catálogo", explica Grandes. "Ahora mismo el valor está en la copia. El modelo de negocio tiene que ir en otra dirección".

Asimismo, también planean distribuir los libros de su sistema en formato digital y, en un futuro más lejano, también en formato físico.

Grandes también explica que el sistema estará adaptado a todos los navegadores. Por el momento están creando un interfaz similar al de Google Wave en HTML5 y javascript.

Este interfaz, por lo tanto, tendrá cuatro espacios dedicados "al usuario, la 'estantería', el buscador y la lectura", este último ampliable. En las aplicaciones móviles será diferente y dará más importancia al recuadro dedicado a la lectura.

En cuanto a la publicidad, tratarán de que no moleste al lector colocándola en palabras clave o al final de los capítulos.

La idea para este proyecto surgió cuando Grandes pensaba en crear una editorial para importar libros de tecnología, traducirlos y distribuirlos. Entonces, se le ocurrió la idea de crear una herramienta 'online' y publicó una entrada al respecto en su blog.

Esta iniciativa fue recibida de forma muy positiva, por lo que Grandes la borró "para poder desarrollar bien la idea", explica entre risas. Poco después se puso a trabajar en el proyeto, que toma su nombre de las 24 letras del alfabeto griego.

En cualquier caso, Grandes está "sorprendido" de la repercusión que está teniendo el proyecto, que esperan poder lanzar en versión beta, a través de invitación, en marzo del año que viene.

Fuente: El Mundo

lunes, 4 de octubre de 2010

Después del Reich

El final de la Segunda Guerra Mundial es la crónica expiatoria de una Alemania ligada por la opinión mundial al régimen criminal de Hitler. En «Después del Reich» (Galaxia Gutenberg), el historiador Giles MacDonogh bucea en aquella «culpa colectiva» que justificó para los vencedores las penalidades de todo un pueblo. Entre sus fuentes, quince volúmenes que el Willy Brandt de la Ostpolitik decidió en 1970 que aparecieran de forma cuasi clandestina: trescientas copias sin identificación bibliográfica. «Los consulté en la British Library: estaban en las estanterías de la pornografía», subraya MacDonogh.

Su libro, «no pretende excusar a los alemanes, pero no duda en poner en evidencia a los Aliados victoriosos por el modo en que trataron al enemigo en tiempos de paz, pues en la mayoría de los casos no se violó, mató de hambre o apaleó hasta la muerte a los criminales, sino a mujeres, niños o ancianos».

El Ejército Rojo trajo consigo el saqueo y la violación… Para protegerse de los rusos, explica MacDonogh, «las mujeres se cubrían de ceniza, caminaban renqueantes apoyándose en muletas o se pintaban manchas rojas para simular enfermedades… Pero los rusos no se mostraban demasiado selectivos y, por edad, las víctimas iban desde niñas pequeñas hasta bisabuelas». A esos desmanes, ya documentados en «Una mujer en Berlín», que publicó en 1954 el periodista Kurt W. Marek, aporta Mac Donogh testimonios sobre lo sucedido en Austria, Prusia Oriental, Pomerania, Silesia… Como denominador común, un comentario sarcástico de aquellos tiempos feroces: «Las mujeres habían sido violadas por los rusos, y luego tuvieron que servir de putas a los americanos». En Checoslovaquia los antiguos campos nazis volvieron a funcionar para acoger alemanes. El líder Benes ya lo advertía, sin importarle si los prisioneros eran antiguos nazis o antifascistas: «¡Ay, ay, ay, tres veces ay para los alemanes! ¡Vamos a liquidarlos!». Para checos y polacos con afán de revancha, «un alemán es un alemán».

Tras la división de Alemania, cada facción aliada se cebó con los derrotados. Los soviéticos seguían robando y violando; pese a la advertencia del general Patton, —«todos los nazis son malos, pero no todos los alemanes son nazis»—, los norteamericanos despreciaban a los vencidos, aunque no a sus mujeres (94.000 «niños de la ocupación»).

A la «culpa colectiva», que servía de coartada al «vale todo», se opusieron Karl Jaspers o Hannah Arendt, pero en los procesos de desnazificación no se diferenciaba entre inocentes y culpables. El trienio 1946-1948 estuvo marcado por la hambruna de siete millones de ciudadanos sin techo. Los alemanes comían perros, gatos, ratas, ranas… Un cigarrillo valía más que un billete de 100 marcos y equivalía a 115 gramos de pan.

La actitud de los norteamericanos cambió en 1948 con el Plan Marshall, mientras en la zona soviética se impuso el Partido Único. En agosto de 1949 se celebraban las primeras elecciones de la Alemania Federal y en octubre nacía la República Democrática Alemana. La Guerra Fría. Los alemanes, concluye MacDonogh, «no querían conocer su historia mancillada. Hartos del pasado, encontraron placer con la destrucción de sus ciudades…» La Hora Cero.

Fuente: ABC

domingo, 19 de septiembre de 2010

Agatha Christie sigue viva en su 120 aniversario

La memoria de Agatha Christie, nacida hace 120 años en la localidad inglesa de Cortey, permanece a salvo gracias a sus lectores, que, cada año, continúan adentrándose en las historias de la autora británica, quien se convirtió en vida en la reina indiscutible del suspense.

Se cumplen 120 años desde el nacimiento de la genial autora, que a lo largo de su carrera combinó el suspense con la alta literatura y que sucedió, de esta forma, al creador del detective Sherlock Holmes, el también británico Arthur Conan Doyle.

Agatha Mary Clarissa, más conocida como Agatha Christie, nació el 15 de septiembre de 1890 en una localidad costera de Inglaterra y, en 1920, debutó en el mundo de la literatura con la novela El misterioso caso de Styles, donde dio a luz al célebre detective Hércules Poirot.

De la mano de Poirot y la señora Marple, que inspiró en 1984 la famosa teleserie estadounidense Se ha escrito un crimen, la autora inglesa se fraguó un nombre como novelista con obras como El asesinato de Roger Ackroyd y probó suerte en radio, prensa y teatro.

En su carrera como novelista, en la que figuran obras como Muerte en el Nilo (1937) y Diez Negritos (1939), brilla con luz propia Asesinato en el Orient Express (1934), que se ha convertido en su título más popular y que ha sido llevada al cine en varias ocasiones.

La novela, ambientada en el tren de larga distancia Orient Express, que en su época de mayor auge unía París con Constantinopla (la actual Estambul), narra el accidentado viaje del detective Hércules Poirot, quien resuelve, casi sin pretenderlo, la comisión de un asesinato.

La autora británica, que con el paso del tiempo se ha convertido en la novelista más traducida del mundo, según la Unesco, recibió diversos galardones y menciones a lo largo de su vida y falleció en el año 1976, por causas naturales, en la localidad inglesa de Cholsey.

Fuente: Europa Press

domingo, 11 de julio de 2010

Lo nuevo de Ken Follett, en septiembre




La caída de los gigantes, la nueva novela de Ken Follett, se publicará el próximo 28 de septiembre. La obra es la primera entrega de una trilogía titulada The Century, que narra los destinos entrelazados de cinco familias a lo largo del siglo XX.

Esta primera parte se enmarca en la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa y la lucha por el sufragio femenino.

Fuente: 20 Minutos

lunes, 5 de julio de 2010

"El diario de Ana Frank", en cómic

A partir de esta semana no sólo podremos leer la historia que conmovió a la humanidad, sino que además podremos verla en imágenes, ya que la Fundación Ana Frank ha autorizado la adaptación de «El diario de Ana Frank» a cómic. El libro, de 160 páginas, está firmado por Sid Jacobson y Ernest Colón, considerados como los dos maestros del cómic político desde que en 2006 plasmaran en viñetas el informe oficial de la investigación sobre los atentados del 11 de septiembre y la biografía del Che Guevara.

La Casa Ana Frank da respuesta así a las peticiones de los lectores. El cómic, que costará alrededor de 15 euros, saldrá a la venta el próximo viernes en holandés, pero se prevé que, al igual que la obra original, se traduzca a varios idiomas, entre ellos al castellano. La biografía alternará las vivencias de la protagonista con los acontecimientos históricos de la época.


De momento, las editoriales que se encargarán de distribuir la obra son L Publishers en Holanda, Hill & Wang en Estados Unidos, Canada y otros países de habla inglesa, Macmillan en Inglaterra y Australia, Carlsen Verlag en Alemania, Les Editions Belin en Francia y Rizzoli en Italia. Además, en el país pionero, la editorial Young Crowds distribuirá la biografía en los institutos holandeses.

Fuente: ABC

sábado, 19 de junio de 2010

¿Internet está destrozando nuestras mentes?

Cuando el autor Nicholas Carr comenzó a investigar en su libro sobre si la red está destrozando nuestras mentes, restringió su acceso a Internet y al correo electrónico y cerró sus cuentas de Twitter y Facebook. Ahora cuenta sus experiencias en esas páginas.

Su nuevo libro 'The Shallows: What the Internet is doing to our brains' argumenta que la última tecnología nos hace menos capaces de pensar profundamente. Carr se sintió él mismo tan distraído que no podía trabajar en su libro mientras estaba conectado a la red, como todos los días. 'Encontré en mi falta de concentración una gran incapacidad', afirma Carr en una entrevista.

'Por eso abandoné mis cuentas de Facebook y Twitter y me reprimí en el correo electrónico, de tal manera que yo sólo estaba comprobándolo un par de veces al día en lugar de cada 45 segundos', aseguró.

Después de comenzar a sentirse 'perplejo' por su repentina falta de conexión a Internet, Carr dijo que durante un par de semanas fue capaz de mantenerse centrado en una tarea durante un periodo ininterrumpido y, afortunadamente, fue capaz también de hacer su trabajo.

Carr escribió un artículo para la revista Atlantic en 2008 donde planteó la cuestión controvertida de si '¿Google nos está haciendo estúpidos?' y donde quería conocer en profundidad cómo Internet cambiaba nuestras mentes.

Su libro explora cómo la sociedad pasó de una tradición oral a la palabra impresa y a Internet. Detalla cómo el cerebro se reprograma para adaptarse a nuevas fuentes de información.

Leer en Internet ha cambiado fundamentalmente la manera en que usamos nuestro cerebro, según Carr.

Frente a un torrente de textos, fotos, vídeos, música y enlaces a otras páginas web junto a las interrupciones constantes de los mensajes de texto y los mensajes de correo electrónico, actualizaciones de Facebook, blogs, etc., nuestras mentes se han acostumbrado a hacer una lectura rápida, navegar y explorar información.

Como resultado, hemos desarrollado mayores habilidades para tomar decisiones rápidas, sobre todo visuales, dice Carr.

Pero ahora la mayoría de nosotros pocas veces leemos libros, ensayos o artículos largos que nos ayudarían a centrarnos, concentrarnos y ser introspectivos y contemplativos, indicó.

Carr afirma que nos estamos convirtiendo más en bibliotecarios - capaces de encontrar información de forma rápida y discernir mejor las pepitas - que los estudiosos que digieren e interpretan la información.

Esa falta de concentración afecta a nuestra memoria a largo plazo, llevando a que muchos de nosotros se sienta distraído, señaló.

Para ilustrarnos, compara la memoria a corto plazo con un dedal y la memoria a largo plazo con una bañera grande. Leer un libro es como llenar la bañera con agua que fluye sin pausa desde un grifo con cada dedal de información que se utilizó en el pasado.

Por el contrario, Internet es un número ilimitado de grifos caudalosos, dejándonos aferrados a dedales de información dispersa para poner en la bañera y haciendo más difícil para nuestro cerebro establecer conexiones y contar con una memoria poderosa.

Carr tiene un consejo para aquellos que sientan que navegar por la red les ha dejado incapacitados para concentrarse. 'Si estas constantemente distraído, no vas a pensar de la misma manera que si prestases atención', puntualizó.

Fuente:
Terra

viernes, 18 de junio de 2010

Fallece José Saramago, figura universal de la literatura

El Premio Nobel portugués José Saramago ha fallecido a las 13:00 horas a los 87 años en Lanzarote, la isla donde vivía desde los años 90. El escritor padecía leucemia. A las 5 de la tarde en la Biblioteca Saramago de la localidad de Tías, donde residía, se ha abierto la capilla ardiente.

La trayectoria del escritor ha recorrido un largo camino desde sus orígenes campesinos en su aldea natal Azinhaga, Ribatejo, "más pobre que las ratas", como solía decir, hasta su encumbramiento con el Premio Nobel de Literatura en 1998. Ese camino es fundamental para comprenderle. En la casa natal del escritor solo había un libro y ni siquiera pertenecía a su familia, que lo tenía oculto en un cajón como si fuera una reliquia. Ese libro adquirió un signficado más profundo cuando el pequeño José se vio obligado a abandonar la escuela para ayudar a su familia y a estudiar por su cuenta en la biblioteca pública.

Ese origen y ese sacrificio marcó su literatura, desencadenó su militancia comunista y puso a cien su inconformismo que, en los últimos años más que nunca, hizo de él una especie de profeta bíblico que presagiaba calamidades. "Los comunistas no están extinguidos, yo me los voy encontrando por el mundo callados y discretos. El tiempo dirá si las victorias y las derrotas de las ideologías son definitivas. Por lo demás, me enorgullezco de no haber escrito jamás un panfleto. Nunca he tratado de convencer a nadie a través de mis novelas", afirmó en el 2001, ya inmerso en el esquema de sus últimas novelas, en forma de didácticas parábolas sobre lo que él pensaba de un mundo que le incomodaba: de ahí sus críticas al consumo, al sistema democrático o la religión.

El autor tuvo un reconocimiento muy tardío. Antes de dedicarse plenamente a la literatura ejerció diversos oficios y trabajó como periodista, mientras paralelamente ejercía como poeta. En 1980 llamó la atención de la crítica con la novela Levantado del suelo, que no fue su primera novela (había escrito una, Tierra de pecado, sin demasiado éxito en 1947), en la que trasladaba a la ficción sus orígenes rurales. Dos años más tarde su popularidad sería absoluta con Memorial del convento, que marca el inicio del ciclo de sus mejores trabajos, en el que se incluyen El año de la muerte de Ricardo Reis, un homenaje a Fernando Pessoa; La balsa de Piedra, Historia del cerco de Lisboa, que desembocarían en la distinción de la Academia sueca.

En 1991 apareció una de sus novelas más polémicas (y ya es decir porque la polémica ha acompañado continuadamente al escritor), El evangelio según Jesucristo, que contenía duras críticas a la iglesia católica y que su país, Portugal, se negó a presentar al Premio Literario Europeo. Enojado por ello Saramago se trasladó a vivir junto a su segunda esposa, la periodista y traductora Pilar del Río, a la isla canaria.

En 1995, tres años antes del premio que lo daría a conocer internacionalmente, aparece una de sus grandes novelas, Ensayo sobre la ceguera. A ella siguieron Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez. Su último trabajo fue Caín, otra novela que molestó a la iglesia portuguesa.

Fuente:
El Periódico

miércoles, 16 de junio de 2010

Numerosas obras rescatan las vivencias que recuerdan los supervivientes del Holocausto

Primo Levi (1919-1987), testigo de referencia desde que escribió sobre su escalofriante paso por los campos de exterminio en Si esto es un hombre, decía que recordar es un deber. «Si faltase nuestro testimonio, en un futuro no lejano las proezas de la bestialidad nazi, por su propia enormidad, podrían quedar relegadas al mundo de las leyendas. Hablar, por tanto, es preciso». Sus palabras se recogen en Vivir para contar. Escribir tras Auschwitz (Alpha Decay), una de las novedades que este año, en que se cumple el 65º aniversario de la liberación de los campos, engrosan el boom de literatura del Holocausto y en el que no falta la enésima reedición, en versión completa, del Diario de Ana Frank (Plaza&Janés).

Según Levi, «la aportación más consistente para reconstruir la verdad sobre los campos» son «las memorias de los supervivientes». Desafiando su avanzada edad, dos de ellos acaban de visitar España: Shlomo Venezia, que con 86 años, presentó Sonderkommando (RBA) en Madrid en mayo, y Boris Pahor, que a los 96, habló el lunes en Barcelona de Necrópolis (Anagrama / Pagès).

Pahor comparte con Levi el sentimiento de culpabilidad por haber sobrevivido. Pero no es el único rasgo común en la literatura de campos de concentración. También está la necesidad de «contar al mundo lo que sucedió, dejar constancia de la verdad para la historia, para que no vuelva a suceder. 'Si ha ocurrido una vez puede volver a ocurrir', dijo Levi», explica el periodista y doctor en Literatura Javier Sánchez Zapatero, autor del estudio Escribir el horror (Montesinos).

Según este profesor de la Universidad de Salamanca, que ha analizado obras autobiográficas de autores como Levi, Elie Wiesel, Imre Kertész o Jorge Semprún, dos motivos explican la necesidad de las víctimas de no callar. Uno es el deber ético con los que murieron. «Los supervivientes eran la excepción y necesitan ser la voz de los muertos, convertir sus libros en recordatorios de los que no se salvaron», explica el periodista. Otro es «el efecto terapéutico. Escribir sirve de catalizador para asimilar y superar lo vivido», añade. Lo corroboran las palabras de Pahor, que estuvo en varios campos de trabajo: «Quise dar voz a aquellos que no pueden hablar. Pero a la vez me di cuenta de que me servía de coraza personal. Escribirlo fue como una terapia».

Otro ejemplo se halla en Alicia, la historia de mi vida (Alba), la autobiografía recientemente publicada de la polaca judía Alicia Appleman-Jurman, de 80 años. Toda su familia murió y al escribir se vio «obligada a perderlos de nuevo y revivir el duelo». Pero al acabar el libro sintió «algo parecido a salir viva de la sala de cuidados intensivos de un hospital, tras una peligrosa operación».

Sánchez Zapatero opina que «el gran mensaje de estos libros es mostrar lo que el hombre puede llegar a hacer a sus congéneres» y que en los campos «se detectan las raíces del odio y la consideración infrahumana del enemigo, así como la sempiterna presencia de la muerte». Concluye que es difícil comparar los campos nazis con otros, como el gulag o los franceses que también forman parte de su estudio, porque están concebidos como «un sistemático y brutal centro de exterminio».

Entre ellos, Auschwitz fue «el horror absoluto». Allí estuvo Levi y allí escribió su diario la rumana judía Ana Novac, fallecida en París hace dos meses, a los 81 años. Aquellos hermosos días de mi juventud (Destino), publicado originalmente en 1966, es uno de los escasos textos escritos en los campos, de donde ella salió «calva, con 34 kilos de peso, con tuberculosis y otras cuatro o cinco enfermedades mortales». A Novac, escribir le impedía «naufragar entre la masa, en la desventura, en la angustia».

Auschwitz ocupa también los recuerdos del griego judío Shlomo Venezia. Como a David Olère (1902-1985), cuyo testimonio en forma de dibujos se incluye en Sonderkommando, le enviaron a los comandos especiales, que sacaban los cadáveres de las cámaras de gas y los metían en el crematorio. Eran «cómplices de los verdugos a su pesar», afirma Simone Veil en el prólogo. Venezia repite «no teníamos elección» y confiesa que habría preferido ser un preso cualquiera. «Vimos lo peor, el infierno». Él debía cortar el pelo a los cadáveres de las mujeres. A su lado, otro preso les extraía los dientes de oro.

«Es un exterminio físico pero también una aniquilación mental porque son tratados como animales», ¿explica Sánchez Zapatero. «Para los nazis son un puñado de huesos sin nombre ni distintivos, a los que hablan a gritos y golpean».

Sánchez Zapatero alude a la reflexión de Theodor Adorno, «después de Auschwitz no puede haber poesía» para mostrar la dificultad de hallar un lenguaje capaz de expresar y hacer perdurar en la memoria ese drama. También el nobel alemán Günter Grass la retoma en Escribir después de Auschwitz. Discurso de la pérdida (El arco de Ulises, Paidós), que se publica mañana.

Grass, que en sus memorias entonó el mea culpa por su ingreso de joven en las SS, nunca ha eludido reflexionar sobre Alemania y su responsabilidad, como en estos textos de 1990: «la imperiosa concreción de esas fotos, los zapatos, las gafas, los cabellos, los cadáveres se resiste a la abstracción; Auschwitz, aunque se rodee de explicaciones, nunca se podrá entender. (...) «Es una marca a fuego».

Fuente:
El Periódico de Catalunya
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