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domingo, 13 de marzo de 2016

Los lugares abandonados de la NASA

El fotógrafo americano Roland Miller ha pasado los últimos 23 años buscando los lugares que quedaron abandonados tras el final de la carrera espacial. Ha recorrido Estados Unidos y fotografiado las decenas de instalaciones de 12 localidades. Todo con un propósito: documentar la ruina en la que se ha convertido lo que fue, hace cinco décadas, grandioso. Su objetivo ha capturado desde pistas de lanzamiento, propulsores de cohetes hasta fortines espaciales e instalaciones de investigación. La mayoría de estos vestigios de nuestra historia reciente están en bases militares cerradas al público; otros ya han desaparecido. Miller ha recogido todas estas instantáneas en su libro "Abandoned in Place: Preserving America's Space History", publicado el 1 de marzo por la Universidad de Prensa de Nuevo México.

Lanzamiento espacial con un cohete Hermes A-1 (Campo de misiles Arenas Blancas, Nuevo México, 2006)
Propulsor de cohetes en el complejo Gemini (Cabo Cañaveral, Florida, 1991)
Antiguo teleférico en el complejo de lanzamiento Apolo (Cabo Cañaveral, Florida, 2000)
Anillo de lanzamiento en el complejo de la misión Apolo (Cabo Cañaveral, Florida, 1990)
Fortín en el complejo Apolo (Cabo Cañaveral, Florida, 1992)
Sala de limpieza en el refugio universal de medio ambiente (Cabo Cañaveral, Florida, 2006)
Panel de calibre de presión en la sala de control de motores del programa Apolo (Santa Susana, California, 1998)
Catacumbas de la sala de control de motores del programa Apolo (Base de fuerza aérea Edwards, California, 1998)

Fuente:
El País


miércoles, 1 de junio de 2011

Parque de atracciones abandonado en Nueva Orleans

Pocos escenarios hay más terroríficos que un parque de atracciones abandonado. En 2005 el huracán Katrina devastó Nueva Orleans y arrancó el corazón de este parque. El parque 'Six Flags' se ha conveertido seis años después en un lugar silencioso, y su ambiente post-apocalíptico hace de él un lugar perfecto para grabar una película de zombies. Estas fotografías han sido tomadas durante este año.


Fuente | Love these pics
Créditos de las imágenes | 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9


jueves, 26 de mayo de 2011

Abandono en la antigua Unión Soviética

La Unión Soviética ya no existe, pero hay cientos de artefactos y lugares que recuerdan aquella época, abandonados hoy a merced del destino.

1. Pueblo minero de Promyshlenny


Más de 10.000 personas vivieron y trabajaron aquí. A principios de los 90, cuando el socialismo dejó paso al capitalismo, la mina dejó de ser rentable. Cuando fue cortado el suministro de agua, gas y electricidad, sus habitantes tuvieron que marcharse y empezar una nueva vida en los pueblos vecinos.

2. Edificios en construcción abandonados


No hay otro país en el mundo con tal cantidad de edificios abandonados sin terminar. Todo el territorio de la antigua Unión Soviética está plagado de ellos.

3. Búnkeres en la costa del Pacífico


Un complejo de fortificaciones abandonadas diseñadas para proteger contra posibles ataques de Japón se encuentra cerca de Vladivostok. Una gran fortaleza de hormigón con túneles subterráneos que se extienden por millas a lo largo de la costa. Hoy en día, es sólo un lugar interesante para los turistas.

4. Enormes antenas de radar


Equipos increíblemente caros en zonas industriales y de defensa quedaron abandonados. Se pueden encontrar enormes antenas de radar, que costaron millones de dólares, y cuya tecnología ha quedado ya obsoleta.

5. Complejo de misiles


Después de la desintegración de la URSS la carrera de desarme nuclear hizo su trabajo, y estos misiles dejaron de ser útiles. El complejo se encuentra en Letonia y consta de 4 búnkers, una sala de control central y un búnker de apoyo técnico.

6. Base de submarinos en la costa de Crimea


Se trataba de una base secreta cercana a Sebastopol. Las personas que trabajaban en este centro tenían prohibido visitar a sus familias sin un permiso especial del gobierno. Los submarinos acabaron en la chatarra pero el lugar se ha conservado bastante bien y es muy visitado por los turistas.

7. Gulag en Siberia


Campamento formado por barracas de madera en las que se hacinaban los presos políticos. Cada vez están más deterioradas por el abandono y los animales salvajes campan a sus anchas.


Imágenes | English Russia


viernes, 20 de mayo de 2011

Hashima, la isla fantasma




Hashima es una isla de Japón, situada a 20 km del puerto de Nagasaki. La isla mide 480 m de largo por 150 de ancho y está encuadrada en un conjunto de pequeñas islas, muchas de ellas deshabitadas.

Hashima, también llamada Gunkanjima, no fue abandonada a causa de una guerra, ni un desastre nuclear, los motivos del abandono de Hashima, fueron económicos. La única explotación minera de la isla se cerró y todos los trabajadores perdieron sus puestos de trabajo de la noche a la mañana y con ello todos los servicios que se habían creado alrededor.


Se encontró en el subsuelo marino una veta de carbón y llegaron los primeros habitantes a la isla en 1887. Pero fue en 1890, cuando la compró la empresa Mitsubishi, cuando llegó su explotación industrial.
El fuerte oleaje y los frecuentes tifones que en ocasiones azotaban a la isla, fueron la causa de que en 1907 se amurallara todo el litoral, para protegerla.

En 30 años, Hashima pasó de estar prácticamente despoblada a albergar a 3000 personas. Es en 1916 cuando Mitsubishi construye el primer bloque de apartamentos. Era de hormigón, tenía seis plantas y balcones de madera. Su práctica arquitectura marcó las edificaciones posteriores, que llegaron a alcanzar diez plantas que se unían entre ellas, creando un laberinto de pasillos estrechos, corredores y escaleras. En 1917 se construye el Nikkyu, un complejo de apartamentos en forma de “E” y el edificio más alto de Japón. En 1918 empezó la construcción del siguiente bloque…

Se llegaron a construir 30 edificios de apartamentos en una superficie de 1,5 km2 y, mientras la construcción se paraba en todo Japón a causa de la Segunda Guerra Mundial, en Hashima se seguía construyendo gracias a la demanda de carbón.
Durante el ataque a Pearl Harbour y el conflicto con los Estados Unidos en 1941, la mina entregaba 400 toneladas de carbón anuales.


Hashima tiene su particular historia negra. 600 presos coreanos y una cantidad indefinida de presos chinos llegaron a la isla para ser esclavizados en la mina. De ellos, 1.300 murieron de malnutrición, enfermedades y accidentes. El alimento de los trabajadores esclavizados, era a base de sobras de alubias y arroz mezclado con un puré de sardinas, y las condiciones del trabajo muy duras. Un superviviente de los presos coreanos, Sun Jung-Woo, describió el peligroso trabajo de la mina que cada semana se cobraba la vida de cuatro o cinco personas.
El acceso a la mina era a través de un ascensor que llevaba a una gran cámara, desde ese vestíbulo se excavaban los túneles para extraer el carbón debajo del lecho marino. El peligro de derrumbamiento a causa del peso mar era constante y la inhalación de gas fatal. 50 esclavos murieron arrojándose al mar desesperados desde las murallas de Hashima, intentando alcanzar Tarashima, que no se encontraba demasiado lejos.
Sin embargo, Mitsubishi siempre se ha negado a pedir disculpas por usar mano de obra esclava durante la guerra.

La bomba atómica que se lanzó sobre Nagasaki en 1945, puso punto final a la guerra y Japón se enfrentó a la posguerra y a las secuelas de la bomba atómica.
Entre 1950 y 1953, Hashima vivió una segunda época dorada a causa de otra guerra, la de Corea. La demanda de carbón volvió a subir. En 1959 la isla de Hashima era el lugar con más densidad de población del planeta, 83.500 personas por km2. En la isla había cafés, restaurantes, casinos, clubs, una escuela con gimnasio y patio, guardería, un hotel, un hospital con ala de aislamiento, una pista de tenis, una pequeña comisaria, su propia oficina de correos, baños públicos y un burdel.


Cuando algún trabajador llegaba a la isla, viniese o no acompañado por su familia, se le asignaba un apartamento, según una organización jerárquica de clases. Si era soltero o perteneciente a una subcontrata, la vivienda que le era asignada constaba de una sola habitación, con cocina y baño común. Si era empleado de Mitsubishi y venía acompañado de su familia, el apartamento tenía dos habitaciones de 10m2 cada una con cocina y baño propios. Los oficiales de primera, maestros, médicos y el personal más relevante, tenían un apartamento similar pero con más lujos. No quedó ni una sola zona verde en toda Hashima. La única casa que se construyó en toda la isla, pertenecía al director de la mina, que simbólicamente se encontraba en el punto más alto.

En 1963 la población alcanzó su pico más alto llenando las casas de electrodomésticos, neveras, televisores, y llegó la moda de cultivar plantas en las azoteas y balconadas de los edificios.


A finales de los 60 el petróleo empezaba a sustituir al carbón, se cerraron minas por todo Japón y Mitsubishi se vio obligada a trasladar a los trabajadores de Hashima a otras zonas. El 15 de enero de 1974 se celebró en el gimnasio una ceremonia para anunciar el cierre de la mina y en menos de cuatro meses sus habitantes abandonaron la isla. Las tiendas se quedaron sin clientes, marchaban con lo justo y el 20 de abril de 1974 se fue el último residente de Hashima.

De la mina se extrajeron 16,5 millones de toneladas de carbón. Las vidas de los habitantes de Hashima, se pararon en seco con el cierre de la mina. Abandonaron sus hogares tan sólo con lo necesario, tal vez por la incertidumbre de qué pasaría con sus vidas, dónde iban a vivir y qué les depararía el futuro. El único sustento de la isla se acababa y con ello las ilusiones de sus gentes. Los platos quedaron por fregar y las cenas puestas en las mesas. Sus gentes salieron a toda prisa, ligeros de equipaje, en busca de una nueva oportunidad para rehacer sus vidas. Y Hashima quedó abandonada deteriorándose en el tiempo.

Desde el año 2009, Hashima está abierta al turismo y es posible visitarla.


Fuente | La caja caótica


lunes, 16 de mayo de 2011

Bokor Hill Station, ciudad abandonada en Camboya




La historia de Camboya durante el siglo XX está marcada por conflictos interminables. Un lugar que resume los traumáticos acontecimientos por los que travesó el país es Bokor Hill Station. Esta ciudad fantasma ha sido abandonada no una, sino dos veces a lo largo de su historia.


Concebida como un centro turístico para los colonos franceses, la construcción de Bokor Hill Station terminó en 1925. Las obras duraron nueve meses y casi un millar de obreros camboyanos perecieron durante la construcción.


Los colonos y sus socios de Camboya sin duda amaban el lujo. El Hotel Palace y el Casino dominaron la pequeña ciudad, y en la selva circundante se oía el eco de la risa y la charla ociosa de los europeos ricos. Los colonos construyeron la ciudad como un refugio contra el calor y la miseria de la capital, Phnom Penh, pero se vieron obligados a abandonarla en la década de 1940.


También hubo apartamentos reales, que fueron visitados a menudo por la familia real de Camboya, que eran títeres de la clase dominante francesa. La Primera Guerra de Indochina, un conflicto brutal que duró hasta 1953 y costó la vida a más de medio millón de personas, precipitó la retirada de los franceses. La ciudad fue utilizada por la inestable clase alta de Camboya durante el breve período que el país fue una monarquía constitucional.


Los años cincuenta y sesenta vieron el apogeo de Bokor Hill Station. Fue especialmente popular entre los jemeres ricos. Parecía que los días del colonialismo francés y la invasión japonesa quedaban atrás como un mal sueño y el futuro del país, por una vez gobernado por su propio pueblo, era brillante. Sin embargo, lo que les esperaba era mucho peor.


En 1972 los jemeres rojos tomaron el control sobre el campo circundante y Bokor Hilly fue abandonada por segunda vez. Posteriormente los jemeres rojos invadieron todo el país y lo que siguió fue un experimento de ingeniería social equivalente a un autogenocidio. Los vietnamitas intervinieron en 1978 invadiendo el país.


Bokor Hill fue tomada por los Jemeres Rojos y en fecha tan tardía como la década de 1990 todavía se consideraba uno de sus bastiones. Sin embargo, a pesar de la intervención vietnamita, la década de 1980 también fue desastrosa para el país. Los Jemeres Rojos todavía estaban luchando, gracias a la financiación de EE.UU., Reino Unido y Tailandia. Las sanciones económicas se sumaron a la miseria del pueblo, y la reconstrucción era imposible.


La ONU intervino para forzar un alto el fuego en 1991 y finalmente las cosas empezaron a mejorar. La monarquía fue restaurada en 1993. La estabilidad se estableció y a pesar de un golpe de Estado en 1997, el país es ahora una democracia multipartidista.

Bokor Hill Station es una gran símbolo de la historia reciente del país. Los edificios, casi destruidos, permanecen en pie. Los turistas han vuelto a interesarse por el lugar y el gobierno camboyano estudia la posibilidad de reconstruir la ciudad, aunque muchos opinan que deberían dejarla tal y como está, como recuerdo de una historia que no debería volver a repetirse.



Créditos de las imágenes | 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 1819, 20, 21, 22

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