Curiosidades de las aves

Hace 150 millones de años, una criatura llamada Archaeopteryx levantó el vuelo. Esta criatura, parte ave y parte reptil, tenía dientes, huesos sólidos y garras de reptil. Pero tenía algo más: el Archaeopteryx tenía plumas.

Archaeopteryx

Las plumas y el vuelo mejoraron durante los siguientes 75 millones de años. Las aves perdieron sus dientes y sus huesos se hicieron huecos, lo que redujo el peso y facilitó el vuelo. El vuelo de los pájaros pudo haber evolucionado para huir de los depredadores, para atrapar sus presas o para moverse de un lado a otro con mayor facilidad, nadie lo sabe a ciencia cierta.

Pero de algo sí que podemos estar seguros. Las 8.700 especies que existen de aves tienen plumas. Compuestas de queratina, la misma proteína del cabello, las plumas evolucionaron de las escamas que tenían sus ancestros, los reptiles.

Un ave de presa típica tiene más de 7.000 plumas. Las plumas de las águilas, pequeñas, ligeras y hechas para volar, les ayudan a mantenerse en el aire. Las aves que no vuelan también tienen plumas; los pingüinos tienen más de 70 plumas tiesas en 2,5 cm. cuadrados. Sus plumas los protegen porque son impermeables y cubren la capa de grasa que los aísla.

Las plumas deben sus colores a diferentes pigmentos. Las aves de plumaje gris, negro o marrón deben su color a la melanina. Los ibis, de color rojo, deben su color al caroteno en los camarones y otros crustáceos que son su alimento.

Todas las aves ponen huevos, pero los nidos van desde los muy sencillos a los muy elaborados. Los polluelos de algunas aves como los patos son precoces, capaces de alimentarse a sí mismos nada más salir del cascarón. Otros polluelos como los del albatros tienen que esperar a que sus padres les alimenten.

La búsqueda de alimentos lleva a las aves a las grandes migraciones anuales. Los colibríes pueden volar cientos de kilómetros desde el lugar donde anidan. Esta facilidad de adaptación ha permitido a las aves encontrar una morada casi en cualquier hábitat del mundo.