La historia que el autor británico Ken Follett situó en el siglo XII tendrá su première mundial en la televisión estadounidense a finales de julio. Follett había declinado toda oferta de ceder derechos de su mastodóntico volumen, publicado en 1989, para una película que inevitablemente comprimiría su historia. Los hermanos Ridley y Tony Scott, sin embargo, consiguieron convencerle con una producción de ocho capítulos y un nada desdeñable presupuesto de 40 millones de dólares.
La gótica catedral se situaba en el sudoeste de Inglaterra, pero los escenarios que veremos en pantalla corresponden a localizaciones de Hungría y Austria. Entre los actores convocados, la peor parte se la han llevado, al parecer, los que encarnan a los constructores, caso de Rufus Sewell (Tom Builder), pues fueron sometidos a un cursillo de picapedrería medieval que les dejó alguna que otra ampolla en las manos.
Otros miembros prominentes del reparto son Donald Sutherland (el conde de Shiring) e Ian McShane (el pérfido clérigo Waleran Bigod). El propio Follett, con la barba crecida y sin su repeinado habitual, efectúa un cameo como comerciante.
Me encanto el libro y su secuela, por eso no me perdere esta adaptación televisiva, esperemos que el resultado merezca la pena
ResponderEliminarUn saludo