martes, 2 de noviembre de 2010

La extraña historia de Julia Pastrana

Yo recuerdo, sin duda, esos ojos oscuros y brillantes,
Y la misma mirada que en ellos ardía.
La he visto, con extraña sorpresa,
Esta misma tarde;
No en el rostro de una mujer como esta,
Que tiene rasgos humanos y labios para besarlos,
Sino en un ser que sólo puede escupir y silbar...
¡En los ojos de un horrible mono!
Este es un fragmento del poema "Pastrana", escrito por un funcionario inglés, Arthur Munby, y publicado en 1909. Cuando le preguntaron a Munby cómo se le había ocurrido un tema tan extraño para su poema, éste contestó que tenía ciertas bases de realidad. En 1857 vio a un monstruo peculiar, llamado "Julia Pastrana, la dama mandril", que era exhibida por dinero, y su vista le causó una impresión duradera que produjo este poema publicado 52 años después.

Cuando Julia Pastrana fue exhibida al público en EEUU, Canadá y Europa en el decenio de 1850, y mucho después de haber muerto, en 1860, era una de las curiosidades humanas más famosas de su tiempo. Era una india mexicana con una pilosidad excesiva en partes extensas de su cuerpo, y tenía también un hiperdesarrollo de las mandíbulas, lo cual le daba un rostro semejante al de un simio.

Los primeros años de la vida de Julia Pastrana están velados por el misterio. Al parecer nació en 1834 y perteneció a una tribu de los llamados indios buscadores de raíces que habitan en las laderas occidentales de la Sierra Madre, en México. De acuerdo con los relatos exagerados en los panfletos escritos en la época para su exhibición, una mujer india llamada Espinosa se separó de su tribu en 1830; se creyó que se había ahogado. Sin embargo, seis años después algunos vaqueros la encontraron en una cueva. Ella dijo que había sido capturada por un grupo de indios hostiles quienes la mantuvieron encerrada en la cueva, pero no se pudo encontrar a ningún ser humano cerca. Se comentaba que el lugar donde fue encontrada era "una región del país abundante en antropoides, mandriles y osos". La mujer llevaba una niña, de dos años y "daba muestras de amar mucho a esa niña aunque negó ser su madre". Junto a su esposo, Espinosa cuidó de la niña y la hizo bautizar como Julia Pastrana. Algunos años después la supuesta madre de Julia murió y ella fue enviada a la población más cercana.
Los panfletos no mencionan si su cuerpo estaba ya cubierto de pelo, pero es probable que así fuera pues pronto fue incorporada a la familia del gobernador de Sinaola, el cual quería estudiarla como una curiosidad. La criaron como sirvienta y permaneció en casa del gobernador hasta abril de 1854, cuando decidió volver a su tribu india después de haber sido maltratada. Mientras estaba en camino, la vio un norteamericano llamado M. Rates y la persuadió para que lo acompañara a EEUU a fin de ser exhibida allí por dinero.

La "maravillosa híbrido o mujer oso", como fue llamada primero, fue exhibida en el Gothic Hall de Nueva York. Una noticia publicada en un periódico contemporáneo la describe así:
"Los ojos de este lusus natura brillan de inteligencia, mientras que sus mandíbulas, sus colmillos mellados y sus orejas son aterradoramente espantosos... Casi toda ella está cubierta de pelo largo y lustroso. Su voz es armoniosa, pues este ser semihumano es perfectamente dócil y habla la lengua española".
En Nueva York Julia Pastrana llamó mucho la atención tanto del público como de médicos y científicos. Julia se presentó en algunas otras ciudades. En Cleveland fue vista por el doctor S. Brainerd, el cual observó su pelo al microscopio.

Ya en Europa Julia conoció a Theodore Lent, empresario artístico que la cortejó hasta conseguir casarse con ella. Después de una gira muy lucrativa por Londres y alrededores, el señor Lent y Julia viajaron a Berlín, donde ella atrajo mucho público. Las autoridades alemanas no alentaban este tipo de espectáculos degradantes, pero Lent se las arregló para obtener una autorización, alegando que Julia se presentaba como bailarina y cantante. Ella representaba el papel principal en una obra llamada Der curierte Meyer, escrita especialmente para ella. Después de sólo dos representaciones el teatro fue cerrado, alegando que la obra era inmoral y obscena. Además, varios obstetras alemanes objetaron la exhibición pública de Julia Pastrana por miedo de que las mujeres embarazadas pudieran abortar al verla o, incluso, alumbrar hijos exactamente como ella a causa de una "impresión materna".

A principios de 1858 fueron a Viena. La exhibición allí fue tan popular como siempre y asistieron varios médicos de renombre. Sigmund Freud publicó un breve informe sobre el fenómeno transatlántico. Freud nunca había visto nada ni remotamente parecido y consideró que su tipo de pilosidad era único. Al hablar con Julia, observó que no era un monstruo semihumano entrenado para hacer algunas gracias, como afirmaban los panfletos. En realidad era inteligente, estaba feliz y contenta con su posición en la vida.

Después de su estancia en Viena Julia Pastrana y Lent recorrieron Alemania juntos, en gira con el grupo de caballistas Rentz & Hinné, y hay pruebas de que Julia realizó algunas suertes acrobáticas a caballo. También cantaba y bailaba y tocaba la guitarra y la armónica. A fines de 1858 Julia visitó Polonia y al parecer causó gran sensación en Varsovia.

A finales de 1859 Julia y su marido fueron a Moscú. El espectáculo tuvo mucho éxito y ganaron más dinero que nunca. Al cabo de unos meses Julia se dio cuenta de que estaba embarazada. El trabajo de parto comenzó el 20 de marzo de 1860. Debido al tamaño del niño, fue necesario recurrir a los forceps obstétricos y no se pudieron evitar algunas laceraciones, pero Julia Pastrana dio a luz a un niño vivo. Ella esperaba que el niño se pareciera a su padre, pero todo su cuerpo estaba cubierto de pelo y deformado igual que el de ella. El recién nacido pronto cayó en un estado de asfixia, y aunque en un primer momento los médicos lograron revivirlo, finalmente murió al cabo de 35 horas. La afligida madre murió al quinto día de haber dado a luz, a causa de una "metroperitonitis puerperal". Lent se dio cuenta enseguida de las posibilidades comerciales y vendió entradas a unos cuantos espectadores con título nobiliario para que asistieran a las últimas palabras de su esposa.

Una vez muerta, el "afligido" esposo vendió su cuerpo y el de su hijo a un profesor ruso, que los embalsamó. Posteriormente, Lent recuperó los cuerpos y siguió exhibiendo las momias. Cuando Lent murió pasaron a manos de otros empresarios y acabaron exhibiéndose en una feria de Noruega.

El nombre de Julia Pastrana fue objeto de escarnio en muchos lugares de Europa hasta largo tiempo después de haber muerto. En 1964 Marco Ferreri, director de cine italiano, produjo la película La donna scimmia (La mujer mono) que estuvo basada directamente en la extraña historia de esta mujer.


Fuente: Gabinete de curiosidades médicas (Jan Bondeson)

3 comentarios :

  1. India mexicana....

    abras querido decir .- indígena mexicana

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  2. Anónimo, listillo. ¿Sabes por qué a los indígenas americanos se les llama indios o te tengo que explicar 500 años de historia?

    Y 'abras' es el presente subjuntivo del verbo 'abrir'. A ver si aprendemos a escribir antes de dar lecciones a nadie.

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  3. Como en todo, siempre hay un tiempo para lo políticamente correcto, ven a México y llama a un indígena "indio", allí veremos si te tratan con esa deferencia.

    Si hay alguien que no debería usar el termino indio es un español.

    ¿O es que los blancos pueden decir nigga a un negro?

    Vamos que los alemanes puede decirle a los judíos "El trabajo les hará libres" y todos contentos.

    Indio entro en desuso, no solo porque no son indios, sino por ser un término racista para el contexto.

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