domingo, 8 de mayo de 2011

El rocío del sol




La Drosera, conocida también como "rocío del sol", es uno de los géneros más numerosos de plantas carnívoras, incluyendo aproximadamente 194 especies. Estos miembros de la familia Droseraceae atraen, capturan y digieren insectos utilizando glándulas mucilaginosas localizadas en la superficie de sus hojas, con el fin de complementar la nutrición, pobre en minerales, que obtienen del suelo en el que crecen. Las especies de este género, muy variadas en tamaño y forma, pueden encontrarse de forma natural en todos los continentes, excepto en la Antártida.


Tanto su nombre científico como su nombre vulgar hacen referencia a las brillantes gotas de mucílago que aparecen en el extremo de cada hoja, y que recuerdan al rocío de la mañana.


Son plantas perennes herbáceas; sin embargo, también existen algunas especies anuales en forma excepcional. Suelen formar racimos de entre un centímetro y un metro de altura, dependiendo de la especie. Las trepadoras (es decir, las que forman tallos que pueden "enroscarse" para sujetarse a otras plantas), llegan a medir hasta tres metros como en el caso de Drosera erythrogyne. Se ha probado que estas plantas pueden llegar a vivir 50 años. El género está tan especializado en la obtención de nutrientes a través de su comportamiento carnívoro que carece de las enzimas necesarias para utilizar nitratos procedentes del suelo.


Las rocíos del sol se caracterizan por sus tentáculos glandulares, cuyas terminaciones son secreciones pegajosas que cubren sus láminas. El mecanismo de captura y digestión emplea usualmente dos tipos de glándulas: las localizadas en las hojas que secretan el mucílago dulce para atraer y atrapar insectos y las enzimas para digerirlos, y las glándulas sésiles que absorben el caldo de nutrientes resultante, ausentes en algunas especies, como D. erythrorhiza.


Las secreciones dulces de las glándulas pedunculares generalmente atraen presas pequeñas, fundamentalmente insectos. Luego de que las toca, la presa queda atrapada en el pegajoso mucílago que les impide escapar, más tarde el insecto morirá cansado o asfixiado, a medida que el mucílago lo envuelve y tapa sus espiráculos. Mientras tanto, la planta secreta enzimas esterasa, peroxidasa, fosfatasa y peptidasa que lo digieren y liberan sus nutrientes, que luego serán absorbidos por la superficie de la hoja y serán utilizados en el crecimiento de la planta.


Todas las especies de este género son capaces de mover sus tentáculos en respuesta al contacto con su presa. Éstos son extremadamente sensibles y se curvan desde el centro de la hoja con el fin de hacer que la presa tome contacto con la mayor cantidad de glándulas mucilaginosas posible. Según Charles Darwin, el contacto de una pata de un pequeño mosquito es capaz de inducir esta respuesta, conocida como sismonastia, muy rápida en algunas especies.


Las flores de este género, como la mayoría de las de plantas carnívoras, se sostienen por encima de las hojas gracias a un largo tallo. Inicialmente se pensó que este aislamiento físico de las flores con respecto a las hojas con mucílago era una adaptación para evitar capturar a posibles polinizadores; un estudio reciente, sin embargo, probó que Drosera atrae distintos tipos de insectos, unos para alimentarse y otros para ser fecundada. En cambio, los tallos altos probablemente cumplen la función de elevar la flor para llamar la atención de los polinizadores. Estas flores se abren en respuesta a la luz muy intensa y la inflorescencia en su totalidad es generalmente heliotrópica, siguiendo el movimiento del sol en el cielo.



Información | Wikipedia
Créditos de las imágenes | 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12

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