domingo, 22 de mayo de 2011

¿Por qué a la gente le gustan tanto las predicciones sobre el fin del mundo?

Harold Camping. Según él, el mundo se acababa ayer
Durante esta semana se ha estado hablando mucho de Harold Camping, un predicador radiofónico de 90 años que lleva más de 50 estudiando la Biblia y que, según él, el fin del mundo iba a llegar este fin de semana.

De acuerdo con Camping, que basa su predicción en un cálculo matemático utilizando las fechas que aparecen en la Biblia, el sábado 21 de mayo de 2011 iba a ocurrir el “Rapto”, es decir, el momento en que los cristianos vivos y muertos que han sido buenos iban a ir al cielo a encontrarse con Jesús.

A los que no creemos en Dios esto nos parece una soberana tontería, pero según una encuesta de Pew Research Center, el 41% de los estadounidenses creen que Jesús regresará a la Tierra antes de 2050. Según publica una web de noticias de Nueva York, algunos de los miles de seguidores que tiene Camping han vendido sus pertenencias y han abandonado sus trabajos convencidos de que este fin de semana iban a ser “raptados”.

¿Por qué la gente está tan interesada en predecir el fin de los tiempos? Los escépticos lo vemos como una forma de hacer dinero o una maniobra para llamar la atención. Camping, sin duda, se ha hecho famoso por este asunto y también la emisora de radio que dirige. Según Lorenzo DiTommaso, profesor de religión en la Universidad Concordia de Montreal (Canadá), estas personas se lo creen de verdad.

Una teoría es que estas predicciones alimentan el deseo humano de conocer lo desconocido. “Simplemente podría tratarse de una forma de explicar el mundo que nos rodea, o de infundirnos esperanza”, dice DiTommaso.

DiTommaso también explica que los estudios sociológicos han demostrado que las personas que tienden a disfrutar de una visión apocalíptica del mundo, también suelen ser el tipo de personas que buscan explicaciones: “Tienden a ser muy inteligentes en comparación con la población general, y buscan respuestas a por qué la vida es como es y si tiene una razón de ser”. Por sorprendente que pueda parecer, incluso Isaac Newton dedicó mucho tiempo a intentar descifrar las profecías bíblicas del libro de Daniel.

¿Qué probabilidades había de que Camping acertase? Ninguna. Ya predijo el fin del mundo para 1994 y se equivocó. En aquella ocasión achacó el fallo a un error matemático. Pero los estudios psicológicos muestran que el fracaso de las profecías tienen el sorprendente efecto de hacer que las creencias sean más fuertes.

Los psicólogos afirman que para la gente es un problema tener dos realidades opuestas en su cabeza al mismo tiempo. Por un lado, creen firmemente que el mundo se va a acabar en una fecha determinada, pero por otro, cuando llega la fecha y no ha pasado nada, tienen la evidencia de la realidad. Para solventar la contradicción buscan rápidamente una respuesta racional, como por ejemplo que hubo un error matemático.

Parece, pues, que como el “Rapto” no ha sucedido, Harold Camping no tardará en ofrecer una explicación lógica y, aunque parezca mentira, se reforzará la fe de sus seguidores.


Fuente | Short Sharp Science


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