Los delfines han sido declarados las segundas criaturas más inteligentes del mundo después de los seres humanos, de ahí que los científicos sugieran que son tan brillantes que deberían ser tratados como “personas no humanas”.
Estudios sobre el comportamiento de los delfines han puesto de relieve la gran similitud que existe entre estos y los seres humanos con respecto a la forma de comunicarse. Asimismo, subrayan el hecho de que son más brillantes que los chimpancés. Dichos estudios han sido respaldados por la investigación anatómica que demuestra que los cerebros de los delfines presentan muchas características asociadas a un grado de inteligencia muy elevado.
Los investigadores sostienen que su trabajo demuestra que es moralmente inaceptable mantener a animales tan inteligentes en parques acuáticos, matarlos ya sea para destinar su carne para el consumo humano, ya sea por accidente acontecido durante la pesca. Cerca de 300.000 ejemplares de ballenas, delfines y marsopas mueren bajo esas circunstancias cada año.
“Muchos cerebros de delfín son de mayores dimensiones que el humano y ocupan un segundo lugar después del hombre, en cuanto a masa se refiere, si tenemos en cuenta el tamaño del cuerpo”, según afirmó Lori Marino, una zoóloga de la Universidad Emory de Atlanta, Georgia, que se valió de escáneres por resonancia magnética para trazar el cerebro de estos animales marinos y compararlo con el de los primates.
“La neuroanatomía sugiere que existe continuidad psicológica entre los seres humanos y los delfines y se supone que también aparecen profundas implicaciones éticas en la interacción entre este cetáceo y el hombre”, añadió.
Hace tiempo que el delfín ha sido reconocido como uno de los animales más inteligentes. No obstante, muchos investigadores lo habían colocado por debajo de los chimpancés, los cuales, de acuerdo con algunos estudios, pueden alcanzar niveles de inteligencia propios de niños de tres años. Sin embargo, recientemente una serie de estudios sobre el comportamiento han sugerido que los delfines, sobre todo especies como el delfín nariz de botella, podrían ser los más listos. Dichas investigaciones demuestran que los delfines poseen personalidades distintas, un fuerte sentido de sí mismos y pueden pensar en el futuro.
También ha quedado manifiesto que son animales “culturales”, lo que significa que de un delfín a otro pueden ser aprendidos nuevos tipos de comportamientos de forma rápida.
Fuente: www.animanaturalis.org
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